¿Miedo a las agujas? Podrás protegerte contra la COVID-19 con parches

Todo parece indicar que, en el futuro, nos podremos proteger contra la COVID-19 sin necesidad de recibir una inyección. Al menos así lo asegura un estudio reciente publicado por la revista Science Advances en donde se explicó la posibilidad de utilizar parches con información genética similar a la de las vacunas para elevar las defensas y mantenernos sanos y salvos.

¿Cómo son los parches contra la COVID-19?

Según se detalló, estos parches de 1 x 1cm tendrían más de 5 mil minúsculas puntas en la superficie recubiertas con la misma fórmula que hoy se aplica vía inoculaciones.

Estas puntas microscópicas se incrustarían en la piel, expulsando al toque su información genética.

Aunque solo se ha comprobado la efectividad de esta inventiva propuesta con ratones, especialistas esperan que se avance en su investigación con el fin de garantizar su aplicación en seres humanos.

¿Cuáles son las ventajas de los parches contra la COVID-19?

Si bien los estudios propuestos por la compañía Vaxxas y la Universidad de Queensland, en Australia, no han podido ser verificados por analistas en todo el mundo, los prometedores resultados podrían motivar a la industria farmacéutica a voltear a esta opción.

La razón más fuerte es la posibilidad de inmunizar a la población de una manera más fácil, pues, mientras las vacunas necesitaban refrigerarse y aplicarse por completo para evitar desperdicios, estos parches podrían mantenerse sin la urgencia de una cadena fría por meses.

Parches de vacuna contra COVID-19
Cottonbro / Pexels

También se cree aplicar una cantidad menor de la vacuna con mayor precisión podría producir una respuesta inmunitaria totalmente efectiva. De hecho, si los análisis recientes son comprobados, estos parches tendrían la efectividad de una inyección intramuscular.

Y, por supuesto, los parches no necesitan de toda la infraestructura que requiere aplicar una vacuna, por lo que la gente podría estar preparada para hacer frente a la COVID-19 sin necesidad de ser inyectado o toparse de frente con una jeringa.