Estas fueron las extrañas manías de Sissi Emperatriz

Para muchos, la vida de Sissi Emperatriz fue muy romántica; sin embargo, también estuvo llena de tragedias. Fue considerada una de las mujeres más bellas de Europa, pero con un sin rinde extrañas y curiosas manías que la llegaron a considerar excéntrica.

Datos curiosos y extraños de Sissi Emperatriz

También conocida como Isabel de Baviera, se dice que la mítica emperatriz tenía una fuerte obsesión con su peso y su imagen, una pasión desmedida por los animales, entre otras extrañas costumbres.

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Amuletos para alejar las malas vibras

Sissi era una mujer muy supersticiosa, así que junto a su reloj de bolsillo, la emperatriz cargaba una serie de amuletos, entre ellos, una mano haciendo el sigo de los cuernos, para evitar que le hicieran mal de ojo.

El botiquín de Sissi Emperatriz

Se dice que la emperatriz nunca salía sin su botiquín cuando salía de viaje. En él nunca podía faltar la cocaína, que en aquella época era usado como antidepresivo y sedante. Tampoco podía faltar la jeringa para poder inyectarse.

Datos curiosos de Sissi Emperatriz (Isabel de Baviera)
Foto: Getty Images

Los diarios de la emperatriz

Al ser una mujer incomprendida por su fuerte carácter y actitud rebelde, Sissi acostumbraba volcar todos sus sentimientos y pensamientos en su diario personal. Se llegaron a encontrar varios poemas satíricos contra los miembros de su familia.

Obsesionada con el peso ideal y su aspecto físico

Sissi, era alta, pesaba apenas 50 kilos (110 libras) y se había dejado crecer el pelo ondulado hasta el piso. ¡Tomaba tres horas peinarla! Y a todos asombraba su cintura de 50 cm (16″) a pesar de sus cuatro embarazos.

Llevaba un régimen de ejercicios y equitación de varias horas al día, lo que la había llevado a un excesivo adelgazamiento y lucía muy demacrada.

Tenía su propia báscula y una serie de aparatos para llevar a cabo una rutina diaria de ejercicio, para mantenerse en forma.

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Amor por los animales

A la emperatriz le gustaban tantos los animales, que no dudaba en pasear a sus perros por todo el palacio. También sentía una gran pasión por los cabellos, y tenía decenas de ellos.

Cuando salía de viaje, llevaba con ella vacas, cabras y corderos.

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