Cómo poner a raya tus finanzas

La economista Edith Abbott, profesora de London School of Economics, afirma que la administración del hogar ha recaído en manos de las mujeres, responsables de distribuir el gasto para el buen funcionamiento de la casa. Sin embargo, también parece cierto que las mujeres padecemos cierta desgracia financiera, al no tener una educación administrativa desde pequeñas, por ello, la experta recomienda que los ingresos se dividan en tres partes: gastos primordiales, recreativos y emergencias.

Necesidades primordiales
Es toda inversión que incluya alimentación, transporte o vivienda, siempre haciendo hincapié en que la renta (en caso de no tener hogar propio) debe ocupar el 35% del gasto total. Lo demás debe destinarse a servicios, suministros de limpieza y transporte; en este punto Abbott sugiere emplear bicicleta cuando sea posible o colectivos para no gastar en refacciones o gasolina, y en caso de tener coche, tener una suma fija para su mantenimiento. Para todas esas actividades, conviene destinar el 15% de los ingresos.

Necesidades recreativas
Se trata de actividades que resulten edificantes, es decir, estudios, cursos o eventos sociales ineludibles (viajes con la familia, fiestas de cumpleaños de tus hijos o alguna situación importante para ti o tu grupo inmediato). Ello debe constituir el 25% de tu gasto.

Emergencias
Abbot es severa al recalcar que el 42% de tu ingreso total se debe destinar a este segmento. Al considerarlo invisible o casi inexistente, ahí estaría la clave para acrecentar tu ahorro o patrimonio y, también, protegerte de cualquier percance en caso de una eventualidad como decesos o enfermedades, y hacer uso de él únicamente cuando sea una necesidad imperiosa. Para muchos esto parece imposible de lograr, pero no lo es gracias a la visión enérgica de ahorro de la prestigiosa académica, que pudo renovar las leyes de seguridad social en Estados Unidos, así como impulsar a otras mujeres a sanear sus carteras e instarles a lanzarse al mundo del emprendimiento sin miedo. 

 

3 pasos para mejorar tu economía

Aquí te dejamos tres consejos muy sencillos para enmendar el camino de tus finanzas, aportados por Carmen Reinhart, autora de grandes libros de economía como A Decade of Debt, donde la profesora de Harvard expone que, apegándote a estos sencillos pasos, podrás alcanzar la tan esperada solvencia.

1. Define objetivos
Un ahorro que no tiene destino no sirve. Si tu sueño es tener unas vacaciones increíbles en Barbados, tomar ese curso que tanto deseas o simplemente tener un fondo de emergencia en caso de desempleo, ¡está perfecto! Tú escoge la motivación, cualquiera es válida, sólo hay que ser consistente. Puedes destinar desde 100 pesos semanales hasta la mitad de tu sueldo, según tus capacidades y habilidades administrativas. Lo importante es que concretes tu meta y disfrutes del objetivo cuando lo alcances; el ahorro es una recompensa al esfuerzo y al sacrificio, entonces cuando tengas la cifra deseada o incluso más, úsala por completo y no tengas remordimientos.

2. Haz una libreta de cuentas
Hoy día hay aplicaciones que nos pueden ayudar a cuantificar cada respiro y medir nuestros pasos, pero la verdad no hay nada como una sencilla libreta para anotar todos los consumos del día. Empieza tu bitácora así: “Lunes 6 de enero, 8:30 AM, 100 pesos de gasolina; 9:20 AM, 50 pesos en cigarros; 11:15 AM, 88 pesos en caramel macchiato”, y un largo etcétera. Cuando finalice el día te darás cuenta de la rutina que tienes y de los “gastos hormiga”. Aprenderás a discernir entre un gasto regular y uno prescindible.

3. Diversifica tu dinero en la banca
Si ya posees una cantidad considerable, usa ese dinero para que prospere mediante la amplia variedad de productos financieros: Cetes directos, Udis, compra de centenarios, bonos. Son todas herramientas para acrecentar tu capital.

De acuerdo con Dambisa Moyo, exconsultora del Banco Mundial, las latinas somos las que más gastamos y las que menos dinero percibimos, al desembolsar alrededor del 75% de nuestro gasto total en eventualidades y no destinar casi nada al ahorro.