La desgarradora pero romántica leyenda de la flor de cempasúchil

 Entre la selección de flores típicas para el Día de Muertos, está la muy popular flor de cempasúchil.

Esta preciosa flor de 20 pétalos es un referente de la cultura mexicana, y como buen elemento de tradición claramente tiene su propia leyenda, y te la contaremos a continuación.

¿Qué significa ‘cempasúchil’?

El nombre de esta flor proviene del náhuatl ‘cempohualxochitl’, que significa 20 pétalos.

¿Qué significado tiene la flor de cempasúchil en el altar de Día de Muertos?

El cempasúchil es la flor más usada y representativa para las ofrendas, y de acuerdo con la tradición su brillante color e intenso aroma es lo que “guía” a las almas.

No olvides leer sobre las 4 cosas que puedes hacer con las flores cempasúchil después de retirar la ofrenda.

¿Cuál es la historia de la flor de cempasúchil?

La leyenda involucra al gran amor juvenil entre Xóchitl y Huitzilin.

Ambos se conocieron desde bebés, compartieron la infancia y se volvieron inseparables en la adolescencia.

 Tal era el cariño que sentían, que subieron juntos a la colina donde vivía Tonatiuh, el dios del sol. Uno de los atributos de Tonatiuh era brindar calor y luz a los humanos.

Xóchitl y Huitzilin lo visitaron para rogarle que les de la bendición y los proteja en el camino. El dios del sol, al verlos tan enamorados, accedió y bendijo su unión.

Los días avanzaron y los jóvenes seguían igual de inseparables, hasta que recibieron una desalentadora noticia.

Huitzilin fue llamado a la guerra y defendió fervientemente al pueblo. Lamentablemente murió en combate y Xóchitl quedó devastada.

La jovencita regresó con Tonatiuh para pedirle poderse reunir con Huitzilin en la eternidad.

El dios vio lo afligida que estaba y le concedió su petición, así que la convirtió en una hermosa flor naranja y con muchos pétalos que todavía no florecía.

Xóchitl vivió un buen rato como un botón cerrado, hasta que apareció un colibrí que finalmente le ayudó a abrir sus pétalos.

La hermosa ave era nada menos que Huitzilin, en forma de colibrí, y llegó a la flor de cempasúchil atraído tanto por los brillantes colores como por el fuerte aroma.

Así, Xóchitl y Huitxilin finalmente estuvieron juntos por el resto de la eternidad. Y se dice que mientras haya colibríes en los campos de cempasúchil, el amor de ambos perdurará.