La Copa Mundial de Futbol Catar 2022 ya está aquí y nosotros te acercamos a este país que reúne pasado y presente de cara al 2030.
Más allá de las expectativas que se tienen por la ceremonia inaugural, los resultados de nuestra selección y el partido de la gran final, la Copa Mundial de Futbol Catar 2022 nos brinda la oportunidad de conocer un país que ha logrado una extraordinaria modernidad, con visión de futuro, pero conservando sus tradiciones, bajo el lema mundialista: ‘Ahora es todo’, y la bienvenida de La’eeb, la mascota oficial de la sede.
¿Por qué Catar es tan rico y qué produce?
Localizada en el Cercano Oriente, Catar es una pequeña nación peninsular, de poco más de 2.8 millones de habitantes, rodeada por el golfo Pérsico.
Sus vecinos más próximos son la isla de Baréin y Arabia Saudita, países con los cuales forma parte del mundo árabe, donde predomina la religión islámica o musulmana, que determina las leyes, tradiciones y costumbres de sus habitantes. Tras haber sido protectorado británico desde 1916, este país logró su independencia en 1971.
A partir de entonces, rápidamente, pasó de ser una de las naciones más pobres de la región —cuyas principales fuentes de ingresos eran la pesca y la recolección de perlas— a ser uno de los más ricos de la zona, fundamentalmente gracias a la exportación de petróleo, gas y sus derivados.
De hecho, desde hace varios años forma parte del top ten de las potencias exportadoras de gas natural en el mundo. Es por ello que los cataríes pueden presumir de elevadas tasas de crecimiento económico, bajas tasas de desempleo y satisfactorios índices de bienestar social.
Desde luego, tal prosperidad se ha reflejado en sus modernas ciudades, sobre todo su capital, Doha. Ahí se alzan impresionantes rascacielos y magnas obras de arquitectura, como los nuevos estadios y otras instalaciones construidas exprofeso para la Copa Mundial, que se celebra del 20 de noviembre al 18 de diciembre de 2022.
¿Qué características tienen los edificios de Catar?
Entre los flamantes estadios destaca el 974, con capacidad para 40,000 aficionados, que debe su nombre al número de marcación telefónica internacional de Catar y a la cantidad de contenedores utilizados en su construcción, los cuales son desmontables para reutilizarlos. Por cierto, México jugará ahí su primer partido contra Polonia, el 22 de noviembre.
En cuanto a los rascacielos, destacan aquellos desde cuyas alturas puedes disfrutar de espectaculares vistas de la ciudad, como el The Torch Doha, de 51 pisos y un mirador panorámico de 360°.
De entre las grandes obras arquitectónicas sobresale la Ciudad de la Educación, un campus global de poco más de 12 kilómetros cuadrados que da cabida a las filiales de ocho importantes universidades del mundo, la Biblioteca Nacional de Catar (con un acervo de alrededor de un millón de ejemplares, además de contenido digital), diversos institutos e instalaciones para la enseñanza y la investigación, e incluso a su propio estadio.
También cabe mencionar los magníficos centros comerciales, como el Villaggio Mall, inspirado en Venecia (incluidos canales y góndolas), donde puedes adquirir desde souvenirs hasta lujosas prendas de diseñador.
Éstos son sólo botones de muestra de una modernidad enmarcada en el gran plan de desarrollo denominado Visión Nacional de Catar 2030, cuyo objetivo es que, para ese año, el país “se convierta en una sociedad avanzada capaz de sostener su desarrollo y brindar un alto nivel de vida a su gente”.
¿Por qué Catar no respeta los derechos humanos?
Con sus tradiciones a cuestas, las autoridades de Catar se ufanan de que es uno de los países más modernos y liberales del mundo árabe. Para ello se han preocupado y ocupado en que esa modernidad se exprese a través de la apertura comercial, firmando así importantes
acuerdos para el libre intercambio de bienes y servicios con otras naciones.
Por otro lado, ante los cuestionamientos mundiales acerca del respeto de los derechos humanos en su territorio –sobre todo de las mujeres y los trabajadores inmigrantes–, el gobierno catarí ha procurado flexibilizar la aplicación de la restrictiva e implacable ley islámica (sharía).
Al respecto, Human Rights Watch reconoce que, en lo concerniente a los derechos de los trabajadores inmigrantes, “la legislación catarí ha introducido importantes reformas laborales que les permiten cambiar de trabajo sin el permiso del empleador y establecer un salario mínimo más alto y no discriminatorio”.
Y en relación con los derechos de las mujeres, resalta que “la Ley de Familia prohíbe que los esposos lastimen física o moralmente a sus esposas, y existen disposiciones generales en el código penal sobre agresiones hacia ellas”.
Sin embargo, la propia ONG advierte que “las reformas han demostrado ser lamentablemente inadecuadas para proteger los derechos de los trabajadores y se aplican de manera deficiente. A pesar del escrutinio internacional provocado por la Copa Mundial de la FIFA 2022, los trabajadores inmigrantes continúan enfrentándose a abusos salariales y tarifas de contratación exorbitantes. Continúan algunas políticas de tutela masculina y leyes discriminatorias contra la mujer… Las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) continúan enfrentando discriminación”.
De esta manera, la sharía no sólo rige el sistema legal, sino también el código de conducta, tanto social como religioso, al cual –sí o sí– deben apegarse propios y extraños.
¿Qué no se puede hacer en Catar?
Así, por ejemplo, en lugares públicos está estrictamente prohibido (ya que es causa de multas, deportación o cárcel) portar o consumir bebidas alcohólicas, al igual que estar bajo el influjo de las mismas o de cualquier otra sustancia ilícita; proferir insultos, maldiciones o amenazas; hacer gestos obscenos y tener demostraciones de afecto, menos aún si son entre personas del mismo sexo.
¿Qué tradiciones tiene Catar?
A pesar de la modernidad alcanzada, Catar conserva sus tradiciones y las incorpora en distintos ámbitos en la actualidad. Es el caso de obras de su arquitectura moderna, como la mayoría de los estadios donde se disputarán los partidos del torneo internacional.
Por ejemplo, el estadio Al Bayt semeja una gigantesca haymah, la tienda de campaña utilizada durante siglos por los pueblos nómadas en los desiertos árabes; el Al Thumama representa un enorme gahfiya, el habitual gorro usado por niños y jóvenes varones en el Cercano Oriente, y el Lusail rinde homenaje al diseño de las ancestrales vasijas empleadas en la región.
Incluso, el logo y la mascota de la sede mundialista tienen como referencia el shemagh o keffiyeh, prenda característica de la indumentaria masculina árabe.
Pero, sin duda, como practicantes del islam, los catarís tienen como principal tradición el salat, se trata de la oración que realizan puntualmente cinco veces al día (en la mañana, al mediodía, en la tarde, al ocaso y en la noche), ya sea en sus casas, la vía pública o las mezquitas –antiguas y modernas– que existen a lo largo y ancho de Catar.
Otra importante tradición catarí es su antiguo sistema de gobierno, el emirato, un tipo de monarquía encabezada por el emir, que gobierna de manera absoluta el país.
Actualmente, el emir de Catar es su alteza el jeque Tamim bin Hamad al Thani, de 42 años, quien está casado en terceras nupcias con la jequesa Jawaher bint Hamad al Thani, de 38 años, graduada en Administración de empresas, con quien ha procreado cuatro hijos. De él se ha dicho que “alterna la indumentaria local y el traje occidental para simbolizar su pretendida síntesis de modernidad y tradición”.
Protocolo para saludar en Catar (2023)
- Si visitas Catar utiliza las palabras marhaban o ahlan, que significan ‘hola’ en árabe. Tu respuesta a ese saludo puede ser: ahlan beek.
- El gesto de saludo suele ser levantando la mano o colocándola sobre el pecho, con una ligera inclinación de cabeza y una leve sonrisa.
- Si eres mujer evita contacto físico con un hombre musulmán para saludar, aunque sólo sea un apretón de manos, menos si se trata de un abrazo o un beso.
- El saludo entre un hombre musulmán y otro que no lo es suele ser un apretón de mano, haciendo contacto visual. Es mal visto (valga decirlo así) mirar hacia otro lado.
- No te extrañe ver a dos hombres musulmanes que se saludan con besos en ambas mejillas (en realidad son al aire) y un abrazo, apoyando la cabeza en el pecho del interlocutor.