Se podría decir que los gatos fueron de los primeros animales que el ser humano logró domesticar. Por lo tanto, a lo largo de la historia, los mininos se han convertido en personajes que nos han acompañado como fieles amigos.
Así que para todos aquellos que piensan que los gatos tan solo son una bola de pelos y son temperamentales, hicimos una lista de cuatro razones científicas por las que es bueno amar a estos animalitos. ¡Excelentes noticias para catlovers!
Bajan los niveles de estrés
De acuerdo a un estudio realizado por Annie Stuart, el ronroneo de los gatos ayuda a reducir el estrés del dueño, así como su tensión arterial. Esto es porque el ronroneo de los gatos tiene una frecuencia sonora considerada benéfica para el ser humano.
Aquellos que pasan largos periodos con sus gatos pueden disminuir los efectos de padecimientos como la ansiedad.
Bajan los niveles de estrés
Mantienen sano el corazón
Según un estudio científico realizado en 2008 por investigadores de la Universidad de Minnesota, se determinó que los dueños de gatos experimentan una reducción de riesgo de muerte por ataque al corazón del 30% en comparación a aquellos que no tienen uno de estos animales.
Mantienen sano el corazón
Suprimen la soledad
El Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades afirma que uno de los mayores beneficios de tener gatos o perros, es la capacidad que tienen para calmar nuestro sentimiento de soledad. A veces, estos animales son los mejores amigos y quienes nos saben escuchar después de un mal día.
Esta función “anti-soledad” contrarresta los efectos de la depresión o la tristeza, por lo que un gato es ideal para aliviar las penas con amor.
Suprimen la soledad
Ayudan a las personas con autismo
Es bien sabido que a las personas con autismo les es complicado comunicarse con el mundo a su al rededor. Pero, un estudio realizado en Francia en 2012 comprobó que los niños autistas que tienen gatos o perros, se sienten más tranquilos y podían socializar con más facilidad que aquellos que no tenían mascotas.
Este cambio lo relacionaron con un incremento de producción de oxcitocita (la hormona encargada de hacernos sentir felicidad), y se genera al acariciar, abrazar o divertirse con un gato. Esto aumenta los sentimientos de confianza y amor de las personas con autismo.