Uno de los más grandes mitos acerca de las vacunas contra la COVID-19 acaba de ser desmentido. Esta semana, científicos de la Universidad de Ottawa publicaron un estudio que afirma no haber encontrado conexión alguna entre recibir la inoculación en contra del nuevo Coronavirus y sufrir un aborto espontáneo durante los primeros tres meses de gestación.
¿Las vacunas COVID aumentan el riesgo de sufrir un aborto?
A pesar de que las mujeres embarazadas fueron uno de los primeros grupos de riesgo en ser identificados al inicio de la pandemia de COVID-19, diversos rumores motivaron que muchas futuras madres optaran por evitar recibir la inyección que ayuda a evitarla.
Uno de ellos indicaba que las personas embarazadas tenían más posibilidades de tener un aborto después de someterse al esquema de vacunación contra el mortal virus.
Esto, además de crear un auténtico peligro para la salud de miles, es absolutamente falso.
Un estudio realizado por una universidad canadiense buscó derrumbar esta irresponsable teoría comparando la proporción de embarazos que terminaron antes de tiempo entre mujeres vacunadas y entre aquellas que no habían recibido ninguna vacuna. El resultado: no se encontró una correlación que justifique los temores populares.
“Nuestro estudio no encontró ninguna evidencia de un mayor riesgo de aborto después de la vacunación COVID-19, por lo que este se suma a las conclusiones de otros informes que respaldan la vacunación durante el embarazo”, se lee en el estudio publicado por The New England Journal of Medicine.
Los datos, según afirman, “son tranquilizadores para las mujeres que se vacunaron al principio del embarazo y respaldan la creciente evidencia de que la vacuna COVID-19 durante el embarazo es segura”.
¿Cuáles son las ventajas de vacunarse contra la COVID durante el embarazo?
Cabe recalcar que vacunarse contra la COVID-19 durante el embarazo es seguro e incluso podría ser benéfico para la salud de los futuros bebés.
De hecho, ciertos especialistas afirman que la vacuna (sin importar el laboratorio que la produzca) puede llegar a transmitir anticuerpos al bebé, permitiendo que sus posibilidades de adquirir la enfermedad después del parto disminuyan drásticamente.
Aunque esto no ha sido confirmado, el avance en la vacunación mundial y los recientes estudios que quitan cualquier miedo a la inoculación durante la gestación podrían abrir un futuro en el que cualquier recién nacido no peligre ante este extraño virus.