Según estudios médicos, la mala circulación en las piernas es un problema que afecta a una buena parte de la población, especialmente mujeres en edad adulta. Afortunadamente, hay ciertos trucos que –si bien no pueden desaparecer los problemas del todo– pueden ayudar a mejorar la circulación.
Aquí te contamos cuáles son los síntomas, causas y soluciones que puedes aplicar en caso de tener problemas de circulación.
¿Cómo saber si tengo mala circulación en las piernas?
Hay cosas que fácilmente puedes saber si las padeces. La mala circulación, al tratarse de un problema que afecta principalmente a las venas, es una de ellas.
Entre sus síntomas más comunes figuran sufrir calambres y punzadas, entumecimiento, hinchazón y hormigueo o picazón. En algunos casos también se puede sentir calor o frío inesperado en la zona afectada.
En caso de sentir cualquiera de estos malestares es necesario acudir con tu médico para descartar cualquier problema mayor y planear los siguientes pasos en tu tratamiento.
¿Qué provoca la mala circulación en las piernas?
A ciencia cierta, no se sabe cuál es la razón específica detrás de sufrir mala circulación en las piernas. Sin embargo, investigaciones han encontrado que hay una serie de factores que juegan un papel importante en su aparición.
Uno de ellos es mantener una vida sedentaria. Problemas relacionados con una mala alimentación o la adicción al cigarro también han sido señalados como posibles causas. Lo mismo sucede con la edad, pues mientras envejecemos nuestros vasos capilares, venas y arterias no reaccionan de la misma manera que cuando somos jóvenes.
Al parecer, la mala circulación en las piernas parece estar intrínsecamente relacionado con padecer enfermedades cardiovasculares o afecciones en el corazón. Desafortunadamente, también la genética y la existencia de casos en tu familia pueden jugar un factor determinante el aparición de este problema.
¿Cómo mejorar la circulación en las piernas?
La mayoría de las cosas que se pueden hacer para mejorar la circulación en las piernas tienen que ver con los problemas que la detuvieron.
Por ejemplo, ejercitarse constantemente rompe con las posibilidades de tener una vida sedentaria, así como puede evitar la obesidad o sufrir de problemas del corazón.
Lo mismo sucede con llevar una dieta saludable, rica en frutas, vegetales, legumbres, cereales, pescados y carnes magras. No olvides incluir alimentos como ajo, arándanos, cúrcuma, jengibre, frutos secos, manzanas, naranjas, pimientos y tomates, pues estos ayudan al bombeo de la sangre y el cuidado de los vasos sanguíneos.
Tomar mucha agua, usar medias de compresión, tomar baños tibios y colocar los pies en alto también puede ser benéfico para mejorar el flujo sanguíneo y reducir la hinchazón.
Por último, no debes olvidar buscar el consejo de tu doctor, quien tendrá siempre la mejor opción para sanar tus males.