En lo que va del juicio de Amber Heard vs Jhony Depp han salido a la luz verdades bastante oscuras de lo ocurrido en su relación. Lo más nuevo es que la psicóloga clínica y forense, Shannon Curry, afirmó haber estudiado la personalidad de Amber Heard en diciembre de 2021. Con base en esta observación, Curry determinó que la actriz de 36 años padece Trastorno de la Personalidad Límite (TLP), también conocido como Borderline.
La protagonista de Aquaman se suma a la lista de famosos que lo sufren, lo cual nos ha hecho voltear a ver a este padecimiento y hablar más a profundidad de él, sus síntomas y posibles tratamientos.
Qué es el Trastorno Límite de la Personalidad o Borderline
Esta enfermedad mental, que afecta a 2% de la población, se caracteriza por la dificultad del individuo a la hora de regular sus emociones y, por tanto, de relacionarse con los demás.
La mayoría de la gente reacciona ante emociones negativas fuertes cuando se tiene que enfrentar ante una circunstancia extremadamente dolorosa o atemorizante. Sin embargo, a las personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP o borderline) les ocurre a cada rato. El TLP se trata de una enfermedad psiquiátrica que implica una gran dificultad para regular las emociones, un comportamiento inestable y problemas de adaptación en las relaciones interpersonales con la familia, pareja, amigos…
Las personas que lo padecen tienden a mostrarse impulsivos, autodestructivos, impredecibles, apasionados y proclives a las relaciones tempestuosas y a los brotes de rabia, depresión y ansiedad.
75% de las personas que padecen el TLP son mujeres. Este trastorno es el causante de 22% de las hospitalizaciones en los servicios de salud mental, según datos de 2018 que aporta el psiquiatra Carlos Mirapeix, [Te puede interesar: Amy Winehouse pudo haber sufrido el Síndrome de Tourette]
Por eso, lo que más llama la atención en personas que padecen TLP son sus conflictos para tener una relación estable. Son compañeros apasionados, entregados, sí. Hacen grandes despliegues de cariño y atención, por lo que pueden resultar muy atractivos, sobre todo al principio de una relación amorosa:
“Proyectan mucha energía y pueden ser muy carismáticos, pero el precio a pagar son discusiones continuas, rupturas dramáticas y reconciliaciones, intentos suicidas y una sensibilidad exagerada al rechazo real o imaginario”, explica el psicólogo Neil J. Lavender en su libro Toxic Coworkers: How to deal with dysfunctional people on the job.
En parte, la culpa es de sus distorsiones de pensamiento y su confuso sentido del yo, lo que les lleva a experimentar cambios frecuentes en sus objetivos a largo plazo en el trabajo, los estudios, las amistades y la pareja.
En la misma línea, el Doctor Mirapeix apunta a los cambios bruscos de estado mental, la inestabilidad emocional y las dificultades para autoobservarse como obstáculos para tener vínculos sanos. “Pueden pasar de la tristeza a la frustración y al enfado de forma rápida, con un déficit de para darse cuenta del efecto que esos cambios provocan en los demás. Eso genera gran parte de los problemas”, indica el especialista.
Es como si no hubieran superado la fase de los berrinches típica de la infancia: les cuesta regular sus emociones, en especial el enojo. Pueden pasar de golpe de la idealización del ser amado, con sentimientos de amor y admiración, al más intenso desprecio y coraje. Tienden a ver las cosas en términos de perfecto o terrible, de todo o nada, sin una escala de grises intermedia, lo que hace que las discusiones sean difícilmente manejables.
El más mínimo detalle puede encender la chispa, sobre todo si es algo que puede ser interpretado como abandono o rechazo, el mayor miedo de una persona borderline. El problema es que le cuesta mucho gestionar e interpretar la separación de forma positiva o neutral, aunque sea porque la otra persona se va de vacaciones o a cenar fuera.
Por si fuera poco, otra dificultad radica en que no diferencian claramente los límites entre su propio ser y el ser amado, lo que le hace mostrarse sumamente dependiente. Una diferencia fundamental con otros trastornos de la personalidad, como puede ser la psicopatía, es que el borderline suele tener una visión muy negativa de sí mismo y una autoestima muy castigada. El afectado entra en un peligroso círculo vicioso en el que busca con desesperación formas de no estar solo, pero al mismo tiempo, su asfixiante miedo al abandono agota y espanta a las personas que se le acercan.
Por qué se origina el Trastorno de Personalidad Limítrofe
Según el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos, por la genética hay cinco probabilidades más de desarrollar el TPL cuando tienes familiares que lo padezcan o hayan padecido. No obstante, los especialistas coinciden en que también tiene un marcado carácter social y ambiental.
La presencia de experiencias de maltrato, abuso físico o sexual, relación de apego desorganizada, instrucciones contradictorias, falta de contención emocional, abandono van a contribuir a la construcción de una personalidad disfuncional que puede derivar en un Trastorno Límite de la Personalidad. De hecho, las cifras apuntan a que entre el 40 y el 71% de los pacientes con TLP sufrieron abusos sexuales infantiles.
En la última década se ha observado un aumento de casos en jóvenes y menores que, además, presentan conductas lesivas o suicidas. De acuerdo con el Dr. Mirapeix: “El contexto social está modificando los procesos de adquisición de identidad en niños y adolescentes. Estos se ven influidos por un entorno de cambios muy rápidos, con el uso de nuevas tecnologías, nuevas formas de relación que están haciendo que favorezcan problemas de estructura de personalidad”.
Trastorno Límite de la Personalidad: primeros síntomas
Suelen aparecer en la adolescencia, por eso es importante un diagnóstico oportuno, así como los programas de intervención que ayuden al adolescente a modificar su personalidad de forma más adaptativa.
En cuanto al mapa cerebral de esta enfermedad, que suele aparecer con otras alteraciones como el trastorno bipolar, depresión, ansiedad, adicciones y bulimia. Se han encontrado áreas cerebrales relacionadas con la inhibición conductual y el procesamiento de la información emocional, como son el córtex prefrontal y la amígdala.
La amígdala es una pequeña estructura en forma de almendra que se ubica en el cerebro profundo. Se encarga, entre otras cosas, de controlar cuándo y cómo experimentamos sentimientos intensos que nos advierten de una situación de peligro. Cuando recibe una amenaza, responde despertando el miedo y la excitación. En el caso del TLP, la amígdala hiper reacciona: su respuesta es desproporcionada y, muchas veces, se activa ante falsas alarmas o provocaciones que no son reales.
En la misma línea, el córtex prefrontal se ocupa de inhibir estos comportamientos impulsivos ante emociones negativas cuando es necesario. Por eso, se cree que estos pacientes podrían tener una menor actividad en esa zona cerebral.
Cómo saber si padezco del Trastorno de la Personalidad Límite: síntomas comunes
- Esfuerzos desesperados por evitar ser abandonados.
- Relaciones interpersonales inestables e intensas.
- Falta de sentido de identidad.
- Comportamiento impulsivo autolesivo como adicción a las drogas, conducción peligrosa, sexo no seguro, alimentación compulsiva, etc.
- Amenazas o intentos suicidas repetidos.
- Cambios severos de humor y extrema reactividad a elementos estresantes externos.
- Sentimiento crónico de vacío.
- Arranques de ira frecuentes, intensos y sin control.
- Sentimientos temporales de irrealidad o paranoia.
Famosos que padecen Trastorno de Personalidad Límite o Borderline
- Angelina Jolie.
- Britney Spears.
- Lindsay Lohan.
- Nicolas Cage.
- Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán.
- Amber Heard.
¿Hay medicinas o medicamentos para tratar el Trastorno Límite de Personalidad?
Actualmente no hay un fármaco indicado para este trastorno. Los que se usan son para tratar síntomas asociados como la ansiedad, depresión o impulsividad. A medida que el paciente va aprendiendo a regular el comportamiento a través de técnicas obtenidas en terapia, podrá ir disminuyendo la medicación.