Datos del American College of Obstetricians and Gynecologists revelan que alrededor del 15% de los embarazos concluyen de esta manera… ¿La razón? Existen factores que afectan la salud del feto e impiden que continúe con su desarrollo. Te presentamos los más comunes y lo que puedes hacer para prevenir un aborto espontáneo.
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¿Qué es el aborto espontáneo?
De acuerdo al doctor Jorge Tirado Chávez, ginecólogo del Hospital Ángeles Pedregal, el aborto espontáneo se refiere a la pérdida del embarazo por causas involuntarias.
Para considerarlo como tal, la terminación de la gestación debe darse antes de la semana número 20 o cuando el feto pesa menos de 500 gramos (de lo contrario, recibe el nombre de parto pretérmino).
Los factores que lo provocan pueden ser alteraciones en la salud del nonato o de la madre; averigua por qué se presentan, y ten en cuenta las señales que durante cualquier embarazo deben tomarse en cuenta para evitar este tipo de situaciones.
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Síntomas de aborto espontáneo
Ortrud Lindemann y Adriana Ortemberg, en su libro Embarazo y parto natural, sostienen que la amenaza de aborto es indicativa de que la gestación no se está llevando a cabo de manera adecuada; así se manifiesta:
Sangrado vaginal: debe ser abundante durante 24 horas, seguido por uno leve que continúa por tres días o más.
Dolor abdominal: calambres fuertes en la parte baja del estómago o en la espalda que duren hasta 24 horas.
“La mayoría de las amenazas no se convierten en aborto, ya que cuando son tratadas a tiempo y la mujer mantiene reposo a lo largo del embarazo, los riesgos de perder a su hijo disminuyen de manera signifi cativa”, asegura la ginecóloga Cecilia Enríquez Miranda, del Grupo Médico Satélite.
El documento Spontaneous Abortion, de la March of Dimes Birth Defects Foundation, de Estados Unidos, establece que cuando se experimenten los síntomas anteriores, la mujer debe acudir de manera inmediata al médico; si el cuello del útero está dilatado es porque el aborto espontáneo está cercano o porque ya se llevó a cabo sin que la persona se haya percatado –se distingue porque junto con el sangrado aparecen coágulos grisáceos–.
“Si no se recurre a un doctor y los residuos no se extraen, pueden producirse infecciones que de no ser atendidas llegan a ocasionar esterilidad”, enfatiza Enríquez.
En caso de que la gestación se haya interrumpido sin producirse dilatación, se emplean medicamentos para abrir el cuello de la matriz. Posteriormente se utilizan el legrado y la aspiración al vacío para extraer los restos.
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Infecciones durante el embarazo
El ginecólogo Jorge Tirado explica que algunas de estas enfermedades pueden causar la muerte del feto si la madre las padece durante el embarazo.
La rubéola y el citomegalovirus son dos de los padecimientos virales más comunes que causan abortos espontáneos, mientras que entre los bacterianos se encuentran la clamidia, el herpes, el micoplasma o la toxoplasmosis.
Diabetes mellitus
”Las mujeres que padecen esta enfermedad de manera preexistente y no la han vigilado debidamente antes y durante las primeras semanas del embarazo, tienen de tres a cuatro veces más probabilidad de presentar complicaciones (incluido el aborto espontáneo)”, establece la American Diabetes Association en su artículo Diabetes During Pregnancy.
Esto se debe a que el exceso de azúcar en la sangre de la madre atraviesa la placenta y pasa al feto, lo cual puede provocar malformaciones en él; sin embargo, los estudios comprueban que el control de dicha concentración de glucosa elimina casi por completo el riesgo.
Malformaciones uterinas
El útero de ciertas mujeres puede presentar anormalidades congénitas que impiden el desarrollo adecuado del embarazo. Uno de los casos más comunes es que cuente con divisiones internas, de tal modo que se forman cavidades de distintos tamaños.
“Si el embrión se implanta en una pequeña de ellas es probable que se presente una amenaza de aborto, ya que el feto no tiene espacio suficiente para crecer”, menciona Tirado Chávez.
Aunque antes la incidencia de esta alteración era menor, ahora se calcula que entre 10 y 15% de las mujeres la padecen.
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Incompetencia cervical
Esta condición se presenta cuando el cuello de la matriz no cuenta con la resistencia sufi ciente para soportar un embarazo. En el artículo Análisis crítico del manejo de la incompetencia cervical, los doctores Víctor Miranda y Jorge Carvajal, miembros de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, afirman que es causa de aborto espontáneo en el segundo trimestre de gestación.
Tirado Chávez coincide, y agrega que el principal antecedente de este padecimiento son los abortos provocados –uno es suficiente para aumentar los riesgos de que surja–.
Por su parte, el ginecólogo Francisco Vergara, de ABC Medicus, añade que otras alteraciones uterinas comunes que pueden provocar estos abortos son las adherencias, los miomas, la adenomiosis y la endometriosis.
Alteraciones hormonales
“Los niveles insuficientes de progesterona pueden terminar con la vida del nonato”, sostiene la ginecóloga Enríquez. Los niveles bajos de esta sustancia se deben a un trastorno en su producción, la cual está a cargo del cuerpo lúteo que se encuentra dentro de los ovarios. Alrededor del 4% de los abortos están relacionados con este problema.
En un embarazo normal, la producción de esta hormona debe aumentar, ya que es la encargada de ayudar a que el útero se expanda de manera adecuada (entre muchas otras funciones).
Incompatibilidad sanguínea
Según Lindemann y Ortemberg, ésta ocurre si la madre tiene factor Rh negativo y el feto Rh positivo; esta situación representa una amenaza de aborto porque el sistema inmunitario de la mamá podría crear anticuerpos para ‘defenderse’ de la sangre del feto.
En los embarazos supervisados por un especialista el problema se soluciona inyectándole a la mujer una sustancia llamada inmunoglobulina anti-D (o suero antihemolítico) para impedir la formación de dichos anticuerpos; pero cuando no se tiene conocimiento de esto, existe un alto riesgo de que el embrión no sobreviva.
Factores externos
Con respecto a la radiación, el doctor Jorge Tirado explica que si la mujer recibió algún tratamiento aun antes de embarazarse, es probable que los residuos que quedaron en su organismo produzcan malformaciones en el feto que a la larga impedirán su desarrollo; la quimioterapia, por su parte, es perjudicial según el tipo de cáncer que se esté combatiendo, ya que algunas sí son compatibles con la gestación y otras no.
Lindemann y Ortemberg advierten que tomar antibióticos durante esta etapa, o consumir tabaco, drogas o alcohol, también incrementa la posibilidad de presentar un aborto espontáneo –en tanto que impiden el buen funcionamiento de la placenta y aumentan el riesgo de que el bebé padezca alteraciones congénitas–.
Cómo prevenir el aborto espontáneo
Existen diversas formas de evitar los abortos espontáneos. “La primera y más importante es planear el embarazo de manera conjunta con el ginecólogo para que desde tres meses antes el organismo de la mujer se prepare para estar en las mejores condiciones posibles”, asegura la ginecóloga Cecilia Enríquez.
La ingesta de sumplementos de ácido fólico, así como llevar una alimentación balanceada y eliminar los malos hábitos (como tomar café, fumar o dormir poco) son pasos indispensables para disminuir el riesgo de complicaciones.
Además, esta medida ayudará a controlar condiciones como la diabetes o la incompatibilidad sanguínea, de modo que aunque la futura madre las padezca es posible eliminar las amenazas de aborto.
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