Fueron las esposas legítimas o las amantes ocultas de algunos de los mayores criminales de la historia, con los que compartieron terribles ideales y, en muchos casos, un trágico final e historias de amor delirantes. Este fue el trágico final de las esposas y amantes de los nazis.
Esposas y amantes de los Nazis
Eva Braun
Amante y esposa de Hitler. Hija de una familia bávara de la clase media, se educó en una escuela católica y trabajó en la tienda de Heinrich Hoffman, el fotógrafo de Hitler, donde éste la conoció. Se hicieron amantes y ella se instaló en el chalet de Berchtes-gaden.
Aficionada al esquí y la natación, nunca tuvo participación política, ni apareció públicamente al lado del dictador. Contraviniendo sus órdenes, en 1945 se presentó en Berlín para acompañarlo y se casaron en el búnker el 29 de abril. Al día siguiente se suicidaron.
Magda Goebbels
En 1930, Magda Quandt se embarcó en una tormento- sa relación con Joseph Goebbels que, un año más tarde, acabó en matrimonio.
Pronto la bella y glamurosa Magda se ganó un lugar como “primera dama” alemana, posición que reforzó dándole a Goebbels un hijo y cinco hijas. Sin embargo, su ardiente deseo de ocupar un puesto oficial en el régimen nazi como responsable de algún departamento dedicado a la maternidad, pero se topó siempre con la negativa de su marido.
“El trabajo de la mujer es ser hermosa y traer hijos al mundo”, decía Goebbels.
Magda se tuvo que conformar, pues, con representar ese papel a la perfección. Y así apareció varias veces en los noticiarios de los cines: como feliz madre y esposa junto a su marido e hijos.
Al final de la guerra, cuando los rusos estaban a punto de tomar Berlín, Goebbels, su mujer y sus seis hijos se alojaron en el búnker de la Cancillería para estar junto a su amado líder.
Cuando el Ejército Rojo se aprestó a lanzar el ataque a la Cancillería, los Goebbels organizaron la muerte de sus hijos y luego se suicidaron.
Gerda Bormann
Esposa de Martin Borman, secretario privado de Adolfo Hitler y alma gris del régimen, fue considerada como la mujer nazi perfecta por su cabello rubio y ojos azules.
Sin embargo, a diferencia de otras esposas del régimen Nazi, Gerda no tenía presencia en eventos políticos, se dedicó al cuidado de sus 10 hijos, mientras toleraba el carácter abusivo de su esposo, así como sus numerosas infidelidades.
Tras la caída del imperio Nazi, Gerda se mudó a Italia con sus hijos; sin embargo, un año después murió de cáncer de ovarios, cuando sólo tenía 36 años.
Margarete Boden
El jefe de las SS, Heinrich Himmler, estaba casado con Margarete Boden desde 1928, pero a partir de 1938 tuvo una relación estable con su secretaria, Hedwig Potthast. Margarete se enteró de la infidelidad de su marido en febrero de 1941.
Debido a que se dedicaba al cuidado de su familia, Boden fue exonerada de los cargos de homicidio que cayeron sobre su esposo tras la caída del imperio nazi. Murió a los 73 años de edad y sin remordimientos.
Ilse Prohl
Esposa del Führer, tuvo una relación casi casta, a pesar de la riqueza en la que vivía y las comodidades, no estaba en un matrimonio pleno y feliz.
Se dice que a pesar de que Rudolf Hess ya tenía 26 años cuando se conocieron, él era virgen, pues sus intenciones eran convertirse en monje.
Finalmente Ilse pudo conquistar el corazón de aquel reservado hombre, pero nunca su cuerpo. Pasaron 10 años de casados antes de que tuvieran un hijo, pues ella misma le confesó a una amiga que durante 7 años no tuvieron relaciones íntimas, lo que la hacía sentir como una chica de convento.
Lina Von Osten
Esposa del arquitecto de los nazis, R. Heydrich, se le conoció como una fanática de la maldad, incapaz de sentir compasión, Lina Von Osten compartía con su esposo la ideología de Hitler, y acusaba a los Judíos de todo el mal que aquejaba a Alemania.
Sin embargo, nunca fue juzgada ni castigada por sus crímenes, resultó absuelta y poco tiempo después se volvió a casar.
Emmy Sonnemann
Esposa de Hermann Göring, encargado de crear la Gestapo, disfrutó de la opulencia que le proporcionaba su marido, sin importar de dónde provenía, pues lo que a ella más le importaba, era que su esposo fuera exitoso.
Fue así que mientras su esposo se encarga de inaugurar campos de concentración y eliminar a sus oponentes, ella se entretenía con cachorros de león que hacían de sus mascotas, y disfrutar de su creciente carrera como actriz.
A pesar de no tener aspiraciones políticas, se le dio el título de la “primera dama de los nazis”; sin embargo, sólo fue condenada a un año de encarcelamiento por haber sido la esposa de uno de los hombres más importantes del imperio nazi.
Brigitte Frank
Esposa del carnicero de Polonia, Hans Frank, la historia la recuerda como una mujer tan vil, cruel y llena de maldad como su esposo, quien además la maltrataba.
Se dice que a pesar de haber tenido 5 hijos, nunca atisbó un sentimiento maternal, pues solía usarlos para enfrentar a su marido, de quien nunca se quiso divorciar, pues prefería vivir sus maltratos, que dejar la vida llena de comodidades que le proporcionaba su rango político.
Luego de vivir una vida llena de lujos, fue encarcelada en 1948 tras el final de la guerra. Sus objetos de mayor valor fueron confiscados, y al salir de prisión, vivió en la pobreza en Munich.