De los 5 cuadros más importantes que viven en el Museo del Prado, Las Meninas es indiscutiblemente uno de ellos. Esta pintura de 1656 de Diego Velázquez es considerada una de las obras más destacables del arte occidental, pero como en prácticamente todas las ramas artísticas, Las Meninas esconde una fascinante y trágica historia en su personaje central: la infanta Margarita.
¿Qué representa la obra de Las Meninas?
El historiador y ex director del Museo del Prado, F.J. Sánchez Cantón explicaba que la obra está centrada en la cámara principal del desaparecido palacio Real Alcázar de Madrid durante el reinado de Felipe IV de España.
En ella hay varias figuras presentes —identificadas de la corte española— con la infanta Margarita Teresa rodeada por sus chaperones, damas de compañía, guardaespaldas y un perro. El propio Velásquez se colocó en la pintura —algo que la BBC llamó como “el primer photobomb en la historia”— y presuntamente hay un espejo en el que se ve el reflejo de los reyes de España.
¿Quién fue Margarita de Las Meninas?
Cuando Velázquez pintó esta obra, Margarita tenía tan solo 5 años. Era hija del rey Felipe IV de España y su segunda esposa, la archiduquesa Mariana de Austria (quien también era su sobrina). El matrimonio de sus padres surgió por mero interés político, pues necesitaban un hijo heredero —la primera esposa de Felipe IV, Isabel de Francia, solo le había dado una hija, María Teresa de España (quien después se casó con el rey Luis XIV de Francia)—.
Margarita fue la primera en nacer, le siguieron cuatro hermanos pero sólo sobrevivió uno, el futuro rey Carlos II de España (apodado “el hechizado” por su mal estado de salud).
Así como la unión de los papás de Margarita fue arreglado, al destino de la infanta le sucedió lo mismo. La corte imperial de Viena necesitaba formar un matrimonio dinástico entre las familias españolas y las austriacas para combatir al reino de Francia.
Se acordó el matrimonio entre Margarita Teresa y Leopoldo I, su tío materno y primo paterno; ella tenía 14 y él 26. Pero antes de que se llevara a cabo la boda, Felipe IV murió, y trataron de acelerar la unión entre Margarita y Leopoldo porque así ésta podía heredar el trono en caso de que su hermano Carlos II, débil de salud, falleciera.
La boda se atrasó por cuestiones del testamento de Felipe IV —donde no incluyeron a Margarita Teresa—, pero finalmente se llevó a cabo en diciembre de 1666 en Viena. A pesar de la diferencia de edad, Margarita y Leopoldo vivieron un matrimonio feliz y compartían su amor por el arte.
Durante los seis años de matrimonio, tuvieron cuatro hijos delos que solo uno sobrevivió. El primero en nacer fue Fernando Wenceslao (vivió solo un año), después María Antonia de Austria (archiduquesa que se casó con Maximiliano II Emanuel de Baviera); el tercero fue José Leopoldo (murió el día que nació), y finalmente María Anna Josefa (vivió solo 14 días).
Las complicaciones con el embarazo llevaron a Margarita Teresa de Austria a la muerte, y falleció a los 21 años. El derecho al trono español se lo heredó a su única hija, quien a su vez lo pasó a su único hijo —y que detonó la guerra de sucesión española—.
Además de Las meninas, Velázquez realizó más retratos de la infanta —La infanta Margarita con vestido rosa (1653), La infanta Margarita con vestido azul (1665), y Retrato de la infanta Margarita a los 15 años (1665).