Originalmente publicada el 03/07/2022.
No hay duda de que la opulencia en la dinastía Romanov estaba a la orden del día —aunque se dice que al zar Nicolás le gustaba darle a sus hijas un trato austero—. Y aunque mucho se ha hablado de las impresionantes joyas que poseían, pocos conocen al gran palacio de Peterhof, el cual se considera “el Versalles de Rusia”.
¿Qué es el palacio de Peterhof y cuándo fue construido?
El palacio de Peterhof, ubicado en San Petersburgo, es un conjunto de más palacios con fuentes que fue comisionado por Pedro el Grande como una respuesta directa al palacio de Versalles de Luis XIV de Francia.
La construcción empezó en 1714 —el primer arquitecto fue el italiano Domenico Trezzini— y Pedro lo pidió para que llegara de visita la corte real francesa, inspirando así el apodo de “el Versalles ruso”. Pedro I fue uno de los zares más poderosos y famosos de la dinastía Romanov, por lo que quiso una edificación equivalente a su reconocimiento de la época.
La mayor parte de la construcción del complejo se completó entre 1714 y 1723, e incluía: el palacio principal, jardines inferiores y superiores, un canal que llegaba al Golfo de Finlandia y un par de palacios periféricos (incluyendo la residencia personal de Pedro), así como múltiples fuentes.
Peterhof servía como residencia de los royals rusos durante 200 años hasta que el imperio terminó en 1917. Después de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes destruyeron varias partes del complejo, pero las estructuras se reconstruyeron, y desde entonces el palacio ha servido como parque y museo para que todo mundo lo visite, y en 1990 se incluyó a la lista de Patrimono de la Humanidad.
¿Cómo funcionan las fuentes del palacio de Peterhof?
Además del lujo y belleza del palacio y sus interiores, lo que más llama la atención a los visitantes son las fuentes —¡son 64!—. Están decoradas con estatuas doradas y echan agua en patrones impresionantes. Más allá del diseño, presentan una hazaña de ingeniería: las fuentes operan completamente por fuerza de gravedad, en lugar de bombas.
La Gran Cascada está en la terraza y está basada en una construcción para Luis XIV. La fuente de Sansón presenta una estatua de este héroe bíblico abriendo la mandíbula de un león —representa la victoria del imperio ruso sobre Suecia en la batalla de Poltava en 1709—, según Study.
Hay una fuente llamada ‘El Sol’ que es un disco que echa chorros de agua de las orillas para crear una imagen como los rayos del sol, y toda la estructura rota en vertical hacia la cara de este cuerpo celeste.
Así es el gran palacio de Peterhof
Ya que el exterior es sorprendente, no se puede esperar menos del interior. El Chesma Hall está decorado con 12 cuadros del artista alemán Jacob Philipp Hackert, de la batalla de Chesma (una victoria naval de la guerra ruso-turca).
Las vitrinas chinas exhibían objetos decorativos importados del Este y las paredes estaban decoradas con laca amarilla y negra. El Picture Hall contenía 368 pinturas de un artista italiano, y también se levantaro los palacos Monplaisir y Marli, así como un invernadero.
En 1760-1770 el esplendor del barroco empezó a dominar la moda y la decoración de interiores, así que todo se trabajó bajo otro contorno en conjunto con un estilo clásico. Hubo composiciones de estuco para dar un mayor diferenciador de nobleza, y cuando llegó Catalina II se rediseñó el salón de cena, el del trono y los Chesme Halls.
El palacio volvió a cambiar en el siglo XIX cuando llegó el zar Nicolás I. Mandó órdenes de crear ocho interiores en el ala este y construyeron un tercer piso. A éste se le llamó ‘Olga’s half’ porque aquí tomó lugar la boda de su hija Olga Nikolaevna con el príncipe Karl.