Originalmente publicada el 05/08/2022. A todos nos gustan los regalos hechos de cero, los que demuestran que la persona pensó en ti, en tus gustos y en tu personalidad. Claro que si ese regalo personalizado incluye los nostálgicos detalles que esconde al nillo de compromiso de la monarca.
Felipe de joven, el apuesto teniente Mountbatten, quería impresionar a la joven princesa con la que se casaría —nada más y nada menos que la heredera al trono—, así que le dio un divino anillo de compromiso de tres quilates con un diamante circular al centro y 10 piedras pequeñas a los lados con pepitas de oro galés.
¿Pero de dónde salieron esos diamantes? Provienen de la tiara de la princesa Alice de Battenberg, mamá de Felipe. La princesa Alice le regaló esta tiara a su hijo sabiendo que pediría la mano a su novia heredera, y él lo diseñó junto con el joyero Philip Antrobous Ltd.
Gracias a que el anillo requirió de poco material de la tiara, con el resto Felipe diseñó el brazalete único en su especie. Fue el mejor y más original regalo de bodas para Isabel, quien lo usó en numerosos eventos de su juventud. Es un modelo Art Deco puesto sobre platino con tres diamantes talla brillante.
Podría decirse que el brazalete de Edimburgo es una de las joyas de los Romanov que ahora pertenecen a la familia real británica. Esto porque la tiara de Alice de Battenberg fue un regalo de sus tíos, el zar Nicolás II y Alejandra Fiodorovna. Así es, el príncipe Felipe tiene raíces del imperio ruso, y esta es la historia de su abuela Victoria de Hesse, la desconocida princesa alemana que se casó con su primo.
Isabel II ha usado el brazalete en ocasiones especiales, como su Jubileo de Diamante en 2012, y la única persona a la que se lo ha prestado es a Kate Middleton —quien lo usó junto con la tiara Loto, la única tiara que puede usar la familia de la realeza británica.