La decisión del príncipe Harry de titular su autobiografía “Spare” (repuesto) es una referencia a la brutal realidad de una vida definida por el orden de sucesión al trono, cuestión que provocó más de una crisis en la familia real británica.
La historia ha demostrado que el llamado “reemplazante” del heredero, sin la presión del liderazgo pero siempre en su sombra (en español el libro se titula “En la sombra”), puede convertirse en una bala perdida que se vuelve contra la propia familia.
Príncipe Harry
Harry, el menor de los hijos de Carlos III y la difunta Diana, nació en 1984, dos años después que el príncipe William. Durante su juventud se ganó una reputación de príncipe fiestero y en sus memorias admite que fumaba cannabis y consumía cocaína. Pese a todo siguió siendo popular entre unos británicos que recordaba al niño de 12 años que caminaba cabizbajo tras el ataúd de su madre.
Esa popularidad aumentó aún más durante sus 10 años en el ejército británico, que incluyeron dos misiones a Afganistán. El nacimiento de los tres hijos de William —George, Charlotte y Louis— le hicieron retroceder del segundo al quinto lugar en la orden de sucesión, pero siguió disfrutando de un papel central. Sin embargo, su boda en 2018 con la actriz estadounidense Meghan Markle desencadenó desavenencias con su familia que les llevaron a abandonar sus obligaciones reales y mudarse a California.
Príncipe Andrés
Segundo hijo de la reina Isabel II y tío de Harry, Andrés adelantó en 1960 a su hermana Ana en la línea sucesoria porque entonces se daba aún prioridad a los varones. Ingresó en la marina y sirvió en la guerra de Malvinas en 1982 como piloto de helicóptero con gran reputación. Pero ésta se vino abajo décadas después al conocerse su amistad con el multimillonarios pederasta estadounidense Jeffrey Epstein.
Andrés, ahora de 62 años, desapareció de la vida pública desde que se afirmó que mantuvo relaciones sexuales con una de las víctimas menores de edad de Epstein, lo que él niega. La reina le despojó de sus títulos militares y patrocinios. Se le vio tras la muerte de su madre en septiembre y fue abucheado en una de sus apariciones.
Princesa Margarita
Mientras que la reina Isabel II heredó la estricta dedicación al deber de su padre, el rey Jorge VI, su única hermana, Margarita, tenía más libertad para divertirse. Nacida en 1930, aportó glamour a la década de los 60 codeándose con actores y músicos y viviendo un estilo de vida bohemio. Quiso casarse con un oficial militar que trabajaba para su padre, pero la unión se impidió porque este era divorciado.
Se casó en su lugar con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones y después mantuvo una larga relación con un joven experto en jardinería.
Fumadora y bebedora, su salud empeoró, sufrió varias apoplejías y murió en 2002 con 71 años.
– Jorge VI –
Segundo hijo del rey Jorge V, el joven príncipe Alberto de York nunca estuvo destinado al trono.
Sin embargo, su hermano mayor, el rey Eduardo VIII, abdicó a los pocos meses de reinado para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.
Tímido y tartamudo, como se describe en la película “El discurso del rey”, ganadora de un Oscar en 2010, Jorge VI tenía un profundo sentido del deber y estabilizó la monarquía.
Se cree que la tensión de sus inesperadas responsabilidades reales afectó a su salud y murió en 1952 de una trombosis coronaria con 56 años.
– Jorge V –
El segundo hijo del rey Eduardo VII nació en 1865 y se le atribuye la fundación de la Casa de Windsor y la introducción del estilo moderno de monarquía.
Pero, al igual que su hijo, nunca estuvo destinado a ser rey, y sólo se convirtió en heredero cuando su hermano, el príncipe Alberto Víctor, murió a los 28 años de gripe de 1892.
Alberto Víctor estaba prometido a la princesa María de Teck, que se hizo íntima de Jorge V durante el luto que compartieron, y se casaron al año siguiente.
Reinó desde 1910 hasta su muerte en 1936, cortó lazos con la realeza alemana durante la Primera Guerra Mundial e intentó acercar la monarquía al pueblo.