El 9 de abril de 2021 murió a los 99 años Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II y su fiel compañero a lo largo de 73 años de matrimonio. Para el funeral del duque, obviamente fue invitada toda la familia real, incluyendo los polémicos duques de Sussex.
Este episodio fue plasmado en el libro ‘Revenge: Meghan, Harry and the war between the Windsors’, del biógrafo de Tom Bower. Bower relata que fuentes cercanas a la reina le aseguraron que al enterarse de que Meghan no asistiría a los eventos fúnebres, la reina exclamó “Gracias a Dios Meghan no viene”, frase que fue inmortalizada en la publicación y que trascendió a tal punto de ser plasmada en playeras y más merchandising de la realeza británica.
Debido a lo álgido de la pandemia, únicamente estuvieron presentes los miembros más cercanos de Felipe de Edimburgo y el resto de la familia real inglesa, en la misa llevada a cabo el 17 de abril del mismo año, una semana después de su muerte.
No es una sorpresa la mala relación entre los Sussex y el resto de la familia real inglesa. Desde el matrimonio de Harry con Meghan, su abdicación a la corona, la entrevista que le dieron a Oprah en donde acusaron de racista a la familia real, entre otros desencuentros, se sumó que en junio de este año (2022) Harry y Meghan solicitaron un lugar en el balcón del palacio de Buckingham para presenciar el Jubileo de platino de Isabel II, pero este les fue negado ni más ni menos que por el ex príncipe de Gales, Carlos.