Hay múltiples castillos de la realeza que han inspirado novelas y cuentos de hadas, pero una de las edificaciones más históricas se encuentra en Japón. Seguro has escuchado en muchas ocasiones sobre el castillo de Nagoya, pero ¿sabes quién lo mandó construir o qué símbolos tiene?
Castillo de Nagoya, la edificación más visitada en Japón
La construcción del castillo de Nagoya inició en el dominio Owari en 1612; durante mucho tiempo fue el más importantes pueblos-castillos en la ciudad de Nagoya. En los primeros años vivieron el daimyō y magistrado Oda Nobuhide, y después su hijo Oda Nobunga y Oda Nobutomo. Pero en 1582 fue abandonado.
En 1609 el emperador Tokugawa Ieyasu —conocido como “El Gran Unificador” de Japón— decidió reconstruir el castillo; pidió a varios lords feudales encargarse de asistir en este proyecto.
El artista japonés Kanõ Sadanbou se encargó de pintar algunas paredes, techos y puertas corredizas del palacio Honmaru, uno de los edificios. Los próximos 100 años, tanto el castillo como sus edificios atravesaron más mantenimiento y renovación.
En 1872 se tenía pensado demolerlo, pero el ministerio alemán en Japón, Max von Brandt, se opuso. Después llegó el terremoto Mino-Owari en 1891 que dañó varias estructuras, y fue hasta 1893 que lo nombraron como la residencia imperial oficial.
La Segunda Guerra Mundial y el castillo de Nagoya en Japón
A partir de 1942 las pinturas designadas como tesoros nacionales y las puertas corredizas se almacenaron por la amenaza de la Segunda Guerra Mundial.
Durante esta época, el castillo se usó como guarida del distrito Tokai y de oficinas para el campo de guerra de Nagoya. Pero el bombardeo aéreo incendió y destruyó el castillo e hizo que se quemara junto con la mayoría de sus objetos de valor.
Su reconstrucción terminó en 1959 y desde entonces ofrece vistas maravillosas de los cerezos en flor en primavera.