La reina Isabel II, de 95, ya no planea vivir lo que le resta de vida en el palacio de Buckingham, pues se mudará permanentemente al castillo de Windsor. De acierdo con el experto en realeza, Duncan Larcombe, la monarca hizo esta elección porque Buckingham se sentía “cada vez menos como un hogar”, sin su esposo el príncipe Felipe.
“En ocasiones estas cosas son una llamada de atención. En los últimos 10 o 15 años, la reina siempre salía de Buckingham los jueves, pasaba el fin de semana en Windsor y después regresaba a su mesa para estar en su apartamento privado”, comentó Duncan.
“Pero creo que se ha vuelto cada vez menos como un hogar en cuanto el duque de Edimburgo se retiró de sus funciones públicas, él pasaba tiempo en Sandringham, Windsor y Balmoral”.
Isabel II ahora trabajará desde el castillo de Windsor, y ya no en el palacio de Buckingham
Otro de los puntos que Duncan explicó es que “por años, el palacio de Buckingham no ha sido el foco de la familia real británica. Cuando veíamos el palacio, pensábamos que estábamos viendo al hogar de la reina, pero en realidad veían a sus oficinas”.
“Realmente no cambiará mucho, solo significa que la reina trabajará desde casa. A los 95, ¿por qué querría sentarse todo el día en la oficina firmando papeles? Si puede hacerlo perfectamente frente a su chimenea con un corgi acostado en su regazo felizmente desde casa”.
El palacio de Buckingham versus el castillo de Windsor
El palacio de Buckingham primero fungió como residencia no permanente del aristócrata John Sheffield (primer duque de Buckingham y Normanby). El rey Jorge III lo convirtió en residencia pública en 1762 y cuando la reina Victoria de Inglaterra llegó, se volvió en la residencia oficial de la monarquía.
Por su lado, Windsor fue un castillo medieval que desde tiempos de Enrique I de Inglaterra ha sido habitado por numerosos monarcas británicos. Es la segunda residencia real europea más antigua.