El Imperio Otomano fue uno de los más poderosos de la historia, era gobernado por un sultán que heredaba el trono por derecho de nacimiento; sin embargo, la ley más cruel de su reino establecía que tenía que matar a sus hermanos antes de llegar al trono.
Historia del Imperio Otomano
Fue en 1299 cuando Osmán I, el líder de una tribu llamada Anatolia (conocida actualmente como Turquía), se declaró líder supremo de Asia Menor, luego de derrotar al Imperio bizantino.
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¿Cómo se elegía al sultán del Imperio Otomano y por qué mataban a sus hermanos?
Fue el sultán Mehmed II, quien impuso la ley del fratricidio, cuando él mismo asesinó a su hermano, Ahmed, todavía un bebé, antes de acceder el trono.
Esta práctica era muy común en aquella época, los futuros herederos asesinaban a sus posibles rivales, sobre todo si se trataba de sus hermanos.
Más tarde, otros sultanes se limitaron a exiliar, confinar o encarcelar a los herederos, otros consideraron demasiado sangriento eliminar a sus familiares consanguíneos, prefiriendo sacarlos de la escena pública y mantenerlos bajo estrecha vigilancia.
Esta terrible y cruel regla era considerada necesaria, ya que la sucesión al trono no estaba regulada por una ley, y el trono pasaba de padre e hijo sin importar el orden de nacimiento, sin mencionar que en ese entonces todos los hijos del Sultán eran considerados legítimos sin importar que hubieran nacido de una concubina o esposa secundaria.
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El fin del Imperio Otomano
En el siglo XVII el imperio Otomano empezó a perder fuerza. La intriga política en el sultanato, el fortalecimiento de otras potencias europeas, las nuevas rutas comerciales y el comienzo de la Revolución Industrial, debilitaron el imperio.
Para el siglo XIX el imperio ya había perdido varios territorios y su dependencia de otros países europeos los convirtieron en una burla. Finalmente la Primera Guerra Mundial terminó con lo que quedaba del Imperio Otomano.
El sultán Abdul Hamid II, ya muy debilitado, flirteó brevemente con la idea de una monarquía constitucional antes de cambiar de rumbo a finales de la década de 1870. En 1908, los Jóvenes Turcos reformistas organizaron una revolución y restauraron la constitución.