A lo largo del tiempo hemos visto a royals que han acudido al bisturí y se hicieron cambios estéticos —algunas salieron mejor que otras, o viceversa, como ocurrió con Gladys Deacon, la duquesa que se desfiguró el rostro por un fallido tratamiento estético—. Pero ahora que Camilla Parker Bowles entrará en calidad de reina consorte oficialmente en la coronación del 2023, el público (y los asesores de la realeza) están prestando mayor atención a su imagen.
Qué se hará Camilla Parker en el rostro
De acuerdo con el libro Majesty, escrito por Bertrand Meyer-Stabley, la reina consorte se ha sometido a peelings y tratamientos con láser para borrar las patas de gallo, así como las líneas finas alrededor de los labios (vía El Nacional). Así como inyecciones de botos en la frente para disminuir las arrugas y someterse a un blanqueamiento y realineado dental “con un costo aproximado de 10 mil libras esterlinas”.
Pero todo esto, menciona el libro, no fue únicamente por gusto de la consorte o incluso por necesidad, sino porque así se lo pedían las directrices en la realeza. “Se dice que esta metamorfosis estética incluso fue alentada por el rey Carlos III por consejo de sus expertos en comunicación para empujar a Camilla a mejorar su apariencia y adaptarse a los estándares que se esperan de los miembros de la familia real”, menciona Vanity Fair Italia. Además el libro añade que le pidieron a Camilla dejar de fumar, pues le fue fiel al tabaco por 40 años, y finalmente sí se deshizo de este hábito.