El Príncipe Harry, el miembro de la realeza que renunció a ser un activo de la Familia Real, está de regreso en el Reino Unido.
Sin embargo, su visita no es precisamente para limar asperezas con su familia, con quien mantiene una relación ríspida, sobre todo después de la publicación de su autobiografía “Spare”.
El libro fue un verdadero éxito en ventas, pero ha supesto una barrera más entre el aún llamado Duque de Sussex y su familia.
La visita de Harry a Inglaterra no fue para visitar a la familia, sino para atender a la corte. De manera sorpresiva, el Príncipe se presentó en el Tribunal Superior de Londres para hacer frente a una demanda conjunta que tienen él y otras celebridades contra el grupo editoral del periódico Daily Mail.
Lo más curioso, es que supresencia en tierras británicas se da semanas antes de la coronación de su padre, el Rey Carlos III, a la cual Harry y Meghan Markle ya fueron convocados, pero no han confirmado su asistencia.
La presencia del Príncipe ha desatado muchas especulaciones sobre si su esposa y sus hijos viajron con él y si se reunirá con su padre.
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Resulta también interesante que haya viajado, pues su comparecencia pudo ser de forma virtual desde California. Aún así eligió estar presente en esta batalla lega por violación de la privacidad y uso de métodos abusivos para conseguir información por parte de la publicación demandada.
Harry llegó el lunes, 27 de marzo a Londres, y se tiene previsto que su visita se prolongue durante cuatro días cuando se determinará si la causa se archiva o se va a juicio.
El despacho de abogados Hamlims publicó un comunicado en el que asegura que su cliente ha sido víctima de una actividad delictiva abominable. Y entre las acusaciones sostiene que el medio contrató investigadores para colocar dispositivos de escucha dentro de su hogar y automóvil, pago a policías para la obtención de información sensible, la suplantación de identidad para obtener información en clínicas y centros de tratamiento privados mediante engaños o el acceso a cuentas bancarias a través de medios ilícitos.
El Daily Mail, uno de los tabloides británicos más revelantes, negó todas las acusaciones.