Originalmente publicada el 08/05/2022. “No es suficiente ser bonita —decía le decía su mamá a María Félix—, hay que saber serlo”. La Doña hablaba ocasionalmente de cómo le daban un tipo de educación particular, especialmente por parte de Josefina Güereña, mejor conocida como Chefa.
“Ella me aconsejó cómo ser bella. Desde chiquita me enseñó con suavidad los buenos modales, la manera de caminar con prestancia, de sentarme con el cuerpo derecho. Decía que para ser guapa hacóa falta tener un estilo propio”, reveló María Félix.
¿Qué hacer para ser tan elegante como María Félix?
Ahora bien, que las características que definen a mujer elegante pueden ser ciertos rasgos y comportamientos —como la confianza en sí misma, el porte, la feminidad y otros más—. Pero María Félix lo explicó primero y sin titubeos:
“Yo no soy un monumento a la soberbia, soy un monumento al amor propio, ese que a muchas personas les falta”.
Así que para ser tan elegante como María Félix los looks no salen sobrando, pero la actitud y la personalidad tienen mucho que ver. Revisemos más a detalle qué caracterizaba a ‘María bonita’ para hacerla una mujer tan fancy a su manera.
1) Para María Félix, “la belleza está en la planta de los pies”
En entrevista contó cuando le dijeron que “la belleza está en la planta de los pies”. Y sí, esto precisamente tiene que ver con cómo caminas.
“Porque una bonitilla sentada pues pega, ¿verdad? Pero nomás se levanta, camina como chencha, ¡ya no!“, dijo, “hay tantas que no son tan bonitas pero caminando en la calle que las miras, ¿no?”.
Y es que todo se trata de caminar con la frente en alto, los hombros hacia atrás y la mirada por delante. Con esa seguridad y porte que La Doña reflejaba en cada uno de sus personajes —y también en la vida cotidiana.
2) María Félix: la personalidad es lo primero
Otro aspecto incansable de la actriz mexicana es la manera en que celebraba la importancia de la personalidad. “Para una bonita nada más, es mejor el estilo”, explicaba en entrevista, “un movimiento de cabeza, un gesto, eso es de más guapeza”.
Además aclaró que este aspecto también aplica para los hombres: “Un guapete nada más… para nada. No. Mejor con estilacho, te cierra la puerta, se pone más guapo, te habla de tal manera… Todo eso es guapeza”.
3) María Félix: “Si uno está guapo por dentro, naturalmente se refleja y embellece el exterior”
Si algo saben las mujeres elegantes es que el mundo interno crea al externo, y todo inicia desde los pensamientos; todo se trata del balance de aspectos que afecten de forma positiva (o negativa) tu imagen externa.
4) La disciplina es parte fundamental en la vida de las mujeres elegantes
Otra invaluable frase de María Félix era: “una mujer sin disciplina, no es nada. Disciplina para tu trabajo, disciplina para dirigir tu vida, disciplina para dirigir lo que haces, hasta para amar a alguien te tienes que disciplinar”.
Principalmente porque siendo disciplinada tienes orden y control de tu vida, sin dejarte regir por terceros. Sobre todo porque así demuestras tus capacidades de dominio personal —para así siempre sobresalir en lo que desees.
5) Para María Félix, esa belleza y elegancia provenía, también, de hacerse de un estilo único
Tao Izzo, uno de los diseñadores de cabecera de María Félix, celebraba que “el logro de La Doña no es solo ser una mujer bien vestida, sino haber creado un personaje que no tiene comparación”.
En la moda, Félix no le copió nada a nadie, ella eligió su estilo y marcó el rumbo, algo que cualquier mujeres elegante debe aprender a realizar —y claro que toma tiempo, ¡así que paciencia!
6) La curiosidad es otro atributo de las mujeres bellas y elegantes, según María Félix
Otra de las cualidades que merecen a una mujer elegante, basadas en María Félix, es el hambre por aprender —esa habilidad de nunca tomar nada por aprendido, porque siempre hay cosas nuevas por descubrir.
“Con tantos intereses en la vida yo no me aburro nunca. Ese es mi único secreto de belleza: la curiosidad, el gusto por la vida. No tener nada que hacer solo te marchita. Dicen que yo me hago curas de sueño en Suiza para conservarme lozana. En realidad solo duermo siete horas diarias y casi nunca tengo ratos de ocio”.