Si bien, en su papel protagónico para Sex And The City y And Just Like That, nos dejó looks memorables, como la tank-top con tutú, su versión del vestido de la venganza o la camisa de vestir usada como vestido (sólo por mencionar algunos), la entrañable Carrie Bradshaw –bajo la asesoría de estilo de Patricia Field y, recientemente, de Molly Rogers y Danny Santiago– logró romper absurdas reglas de moda hasta hacer de su imagen un festín a la vista, haciendo de los accesorios (bolsos y calzado) la cereza del pastel: jugosos, llamativos y siempre a la vista.
A sus 58 años, Sarah Jessica Parker –actriz y productora de cine estadounidense– nos ha demostrado que el estilo no sea crea ni se destruye, solo se transforma. Y de esta evolución, evidente sobre los sets de grabación como entre las calles de Nueva York, se desprenden estas lecciones de estilo.
1) Multiplica tu estilo
Cuando vistes en capas, no sólo revistes tu atuendo. Esta forma de vestir es particularmente efectiva en lugares donde las temperaturas fluctúan notoriamente (como las de la Ciudad de México). La forma más sencilla de replicar esta propuesta es con vestidos sin mangas y leggins o mallas, que puedes completar con un cárdigan y, encima, una gabardina clásica. Pero, si buscas algo más extremo y llamativo, además, juega con estampados distintos o prueba combinaciones de colores inesperadas. Una capa tipo kimono sobre un vestido fluido puede funcionar perfecto.
2) Acepta tu imagen
A diferencia de muchas celebridades de su edad, a Sarah no le quita el sueño su cumpleaños, incluso, le parece un sinsentido intentar suspender el tiempo. En su lugar, acepta los cambios de la edad (como lo pueden ser las canas), sin por eso conformarse con los estereotipos que vienen con los años. Sus estratégicas mechas rubias son ideales para lograr esconder las raíces blancas, prolongando el tiempo entre tinte y tinte, añadiendo un halo de luminosidad a la tez. Truco extra: un chongo recogido elevado, le da un lift a las facciones.
3) Añade color
Olvídate de looks sobrios y aburridos. Si la vida es corta, ¿porqué no llenarla de colores? Si el color blocking no es del todo lo tuyo, adopta la paleta de tonos de la temporada y úsala en estampados del mismo motivo en diferentes proporciones: flores con flores o franjas con rayitas.
4) Abriga tu mood
Si usas el abrigo adecuado, lo de abajo pasa a segundo plano. Si bien tener un buen camel coat o un clásico trench coat te pueden salvar de cualquier apuro, una vez que tienes palomeadas las prendas básicas, anímate a probar algo original y diferente: ya sea un suéter largo envolvente en un tono llamativo o una chamarra bien estructurada con un motivo único. Abrigarte del clima cambiante y cubrir bien el cuerpo no debe opacar tu estilo, ni hacerte ver descuidada. Solo recuerda mantener un equilibrio en las proporciones, jugar con líneas diagonales que te estilicen y definir bien tu cintura.
5) Pequeños detalles
En ocasiones el look no lo hacen las prendas, sino los accesorios. Con sólo unos complementos extra, una coordinación sencilla se convierte en algo espectacular. Ya sea un juego de collares sobre una camisa blanca, un cinturón con estoperoles sobre un vestido camisero o unos tacones de impacto junto a un conjunto tipo pijama.
Lección final
Fuera de los sets de filmación, Sarah ha mostrado que no son necesarios tratamientos estéticos extremos ni labiales estridentes. La clave de verse y sentirse poderosa está en la capacidad de aceptar tus diferencias, honrarlas y mostrarlas con orgullo.