La flor de cempasúchil es esencial durante la Noche de Muertos para adornar tumbas y ofrendas. Su uso se remonta a tiempos prehispánicos y te contamos de su importante significado en las ofrendas de Día de Muertos.
¿Qué significa la flor de cempasúchil?
Esta flor tiene unos 20 nombres diferentes: cempaxóchitl, cempazúchitl, cempasúchil, zempoalxóchitl y otras variaciones deL original, que es cempohualxóchitl.
En náhuatl “cempohuali” significa “veinte” y “xóchitl” “flor”, es decir, “veinte flores”.
En México los principales estados productores de ella son Puebla, Guerrero, Estado de México, Michoacán, Oaxaca y San Luis Potosí.
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Flor de cempasúchil: qué significado tiene en la ofrenda de Día de Muertos
La flor de cempasúchil alude al dios del fuego eterno, Kurhikua K’eri (el gran fuego), particularmente por su color amarillo.
Dicen las creencias ancestrales que ese color permite que las almas puedan guiarse hasta llegar al lugar donde fue su morada, por lo que esta flor se utiliza mucho para la elaboración de altares durante la Noche de Muertos.
El uso ritual y espiritual de esta planta tiene orígenes prehispánicos, los cuales aún se conservan. Es la flor más representativa para la ocasión: por un lado, debido a que su aroma representa la felicidad que concentra la familia en ese momento, y, por otro, a su color, que se asocia con el sol, una deidad principal entre los antiguos purépechas.
La leyenda de la flor de cempasúchil
En las tradiciones mexicas, se cuenta la historia de dos jóvenes que se conocieron desde muy pequeños, crecieron juntos y más tarde se enamoraron.
Ella era Xóchitl (Flor), y él, Huitzilin (Colibrí). Pero un día él fue llamado para participar en una batalla, y murió. Tristísima, Xóchitl le pidió a Tonatiuh, el dios Sol, que la uniera a Huitzilin en la eternidad.
Al verla tan desconsolada, Tonatiuh decidió ayudarla y la convirtió en una planta con un botón cerrado que cubrió con su rayo dorado –de ahí su color–.
Un día, atraído por su aroma, llegó a ella un colibrí y entonces la flor abrió sus 20 pétalos y mostró su color amarillo naranja como el del mismísimo Sol: era Xóchitl como flor de cempaxóchitl que reconoció en el colibrí a Hutzilin, su amado.
Así, mientras existan los cempaxóchitl y los colibríes, el amor de estos dos jóvenes perdurará.