Nuestro trabajo como madres o padres es saber identificar los puntos fuertes de cada integrante y ponerlos al servicio de los demás, ¡es momento de ajustarnos los lentes!
Si bien somos expertos en identificar las partes negativas, debemos esforzarnos en encontrar las actividades y decisiones que se toman con ellos es muy provechoso y retador. No cabe duda que cada momento es una oportunidad de formación.
Si un hijo o el abuelo es perseverante, hay que incentivarlo con el propósito de que ayude al que no lo es tanto.
¡REVISA TUS HÁBITOS!
Haz un esfuerzo y examina cómo cumples con esas competencias parentales. ¿Cómo te alimentas, de qué modo fomentas las artes, la manera de ser creativos y cómo estás durmiendo? ¿Te ejercitas, meditas? ¿Preguntas a otros padres sus experiencias? Nadie deja que sus hijos coman mal, pero ¿cómo te estás cuidando tú para ser un buen ejemplo en casa?