Hace más de medio siglo, estuvo Marilyn Monroe en México. En aquel viaje realizado en febrero de 1962, la actriz vino a comprar muebles coloniales para decorar su nueva residencia en Brentwood, California, un must en la década de los 60.
Pero fue más que eso, regresó a Los Ángeles en medio de una polémica relación con José Bolaños, “un playboy y bon vivant que siempre quiso ser un gran cineasta”, asegura Xavier Navaza, autor de El último Amante de Marilyn.
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El amante mexicano de Marilyn Monroe
Marilyn y Pepe Bolaños se conocieron en una tienda de decoración y esa misma noche cenaron y brindaron hasta el amanecer.
“En esos días Marilyn salía todas las noches a divertirse y bebía muchísimo […] y, de hecho, muere meses después, porque estaba hundida, y es en esa fase de abismo donde se desarrolla aquella estancia en México y su romance con Bolaños”, revela el cineasta Carlos Velo, cuyo testimonio es recogido en el libro de Navaza.
El joven guionista de 26 años y aspirante a cineasta, deseaba triunfar en la industria cinematográfica, así que vio en Marilyn una gran oportunidad para proyectarse en la meca del cine.
Pepe Bolaños se hizo inseparable de Marilyn y la acompañó durante el memorable viaje. Estuvieron juntos en el set de El Ángel Exterminador, allí la actriz tuvo la oportunidad de conversar con el director Luis Buñuel.
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También estuvo a su lado en la conferencia de prensa que Marilyn ofreció en el hotel Continental Hilton para mostrar lo espléndida que lucía y acallar los rumores de su inestabilidad emocional; en esa ocasión, brindó por México y contestó todas las inquietudes de los reporteros, quienes no dudaron en preguntarle si estaba amargada por sus fracasos matrimoniales, a lo que ella contestó:
“De ninguna manera. Todavía no pierdo la esperanza de encontrar la felicidad”.
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