Gabriela Cámara nació en Chihuahua, México, y creció en el seno de una familia de académicos. Ellos cultivaban las plantas y los vegetales que su madre extrañaba de su natal Italia. La comida siempre fue un factor en su vida; sin embargo, cuando tenía 17 años, la visita a Chez Panisse, de Alice Waters, marcó su futuro:
“Me di cuenta de que era posible comunicar una ideología específica por medio de un restaurante”.
Inspirada por la comida sencilla de las playas del Pacífico mexicano, su carrera culinaria empezó cuando tenía 20 años, con la apertura de Contramar, en la Ciudad de México, en 1998.
Siempre había querido ser curadora de arte; incluso, en esa época, estudiaba para lograrlo, pero al final cambió su sueño para enfocarse en el arte de la comida. Desde entonces, Contramar se convirtió en un amado restaurante del barrio.
A lo largo de su desarrollo profesional ha explorado distintos modos de entrelazar la comida, el arte, la cultura y el ambiente. La búsqueda de la calidad, así como el impacto ecológico de los productos que se manejan, han sido su mayor interés.
Ha participado en iniciativas que promueven la sustentabilidad en la industria pesquera. Ella, quien destaca porque no puede dejar de vivir con entusiasmo, describe su trabajo gastronómico como “sencillo, honesto, de sabores directos. Para mí, la clave es la temporalidad de los ingredientes. Y la simplicidad, que se traduce en una cocina basada en buenos productos”, más allá de la técnica.
Asegura que los ingredientes mexicanos le dan una sazón única a los platillos. Entre sus nuevos proyectos se encuentran Itacate del Mar y Caracol de Mar, dos propuestas de cocina de Grupo Contramar que buscan conquistar el Centro Histórico.
No podemos dejar de lado uno de sus más grandes logros: en 2020 fue incluida en la lista de las 100 personas más influyentes por Time. “Primero dije: ‘¡Sorpresa!’. Me siento agradecida y honrada con ese reconocimiento”, confiesa.
Hoy día, Gabriela continúa siendo pionera en la aplicación de prácticas sustentables y la promoción de ambientes justos en sus equipos de trabajo; además, se involucra mucho más con proyectos de educación y cultura alimentaria.
Su platillo…
Es una pregunta muy difícil para ella, “¡porque varias cosas me gustan mucho!”, pero elige una tortilla recién hecha a mano con masa fresca. Gabriela siempre las ha disfrutado con lo que tenga disponible: salsita, frijoles, aguacate, sal…
Su bebida…
Agua natural es lo que consume todos los días. Es esencial para el ser humano.