Viola Davis se ha convertido en una de las actrices más reconocidas y sobresalientes de Hollywood por su increíble capacidad interpretativa, misma que le ha llevado a múltiples nominaciones en los Premios de la Academia y hasta a coronarse con un un Oscar a mejor actriz de reparto.
Pero detrás de todo el éxito de la protagonista de “Historias Cruzadas”, hay un doloroso pasado lleno de carencias y sufrimiento, que Davis decidió compartir en entrevista con diversos medios, entre ellos la revista People hace un par de meses.
“La única imagen que tengo de mi infancia es una de la guardería. Tengo una expresión que no es una sonrisa, pero tampoco estoy frunciendo el ceño. Juro que sigo siendo esa misma niña cada vez que me levanto por la mañana y veo todo lo que tengo a mi alrededor y en mi vida y pienso: no puedo creer lo que Dios me ha bendecido”, expresó.
Uno de los relatos que más han impactado a sus seguidores, es aquel en el que explica que tenía que ponerse harapos sobre el cuello para evitar que las ratas que abundaban en su casa de la infancia le comieran trozos de piel o la mordieran.
“Siempre supe que era la más pobre de la gente que me rodeaba. Nuestro ambiente y nuestro espacio físico reflejaban el poder adquisitivo de mi familia. Las tablas hacían de paredes, las tuberías eran de mala calidad. No teníamos teléfono ni comida. El problema con la pobreza radica en que te comienza a afectar la mente y el espíritu porque eres invisible para la gente. Pero yo desde muy joven decidí que no quería esa clase de vida. Y haber vivido así me permite valorar mucho y apreciar lo que ahora tengo porque nunca antes lo tuve. Un jardín, una casa, tuberías en buen estado, un refrigerador lleno, eso que la gente siempre da por sentado, yo no lo tuve”, contó.