A pesar de su belleza y riqueza, la vida de la duquesa Gladys Deacon tuvo un trágico final, sus inseguridades la llevaron a tomar tan malas decisiones, que terminó con su belleza y con un matrimonio con quien fue el amor de su vida desde que era apenas una niña. Estas es la historia de la duquesa de Marlborough.
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¿Quién fue Gladys Deacon?
Gladys Marie Deacon, nació el 7 de febrero de 1881 en Estados Unidos, en el seno de una familia aristocrática y muy rica.
Desafortunadamente, sus padres, Edward y Florence Deacon, no tenían un matrimonio feliz. Su madre engañaba a su padre, y cuando la descubrió, Edward terminó en la cárcel luego de asesinar al amante de su esposa.
Cuando esto ocurrió, Florece se mudó a Francia con Gladys y sus otros hijos. Fue entonces que Gladys conoció a Charles Spencer-Churchill, el noveno duque de Marlborough, quedando totalmente enamorada de él.
Sin embargo, el buque no sólo era 10 años mayor que ella, también estaba casado, una noticia que la dejó devastada. Pero esto no sería lo peor, al salir de la cárcel, su padre ganó su custodia y se la llevó de regreso a Estados Unidos.
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La trágica historia de Gladys Deacon, duquesa de Marlborough
Gladys deseaba regresar a Europa, y cuando cumplido 16 años cumplió su sueño. Tan pronto regresó, comenzó a involucrarse en los círculos sociales correctos, y así encontrase con el duque.
Fue en Londres donde finalmente coincidieron, y el duque de Marlborough quedó prendado de la extraordinaria belleza de Gladys. El dure la invitó a conocer su palacio en Blenheim.
Mientras Gladys se enfocaba en llamar la atención del duque, otro hombre se estaba enamorado de ella, el Príncipe Heredero de Prusia, Wilhelm; sin embargo, nunca logró conquistar su corazón.
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Cuando Gladys tenía 20 años, logró conquistar al duque de Marlborough, aún estando casado, el duque comenzó una relación romántica con Gladys. Ella pensó que finalmente lograría que él dejara a su esposa, pero esto no ocurrió sino 20 años después.
Tras dos décadas de ser su amante, Gladys finalmente cumplía el sueño de casarse con el duque en una boda espectacular y con un vestido de novia hecho con los mejores encajes y bordado en oro.
¿Qué tratamiento estético terminó con la belleza de Gladys Deacon
A pesar de venir de una familia aristocrática y de haber atrapado al hombre de sus sueños, Gladys estaba convencida de que su belleza le había ayudado a conseguirlo todo, y pensaba que sin ella, sería como cualquier otra mujer, ¡este pensamiento la atormentada!
Y es que a pesar de ser admirada y deseada, Gladys siempre se enfocaba en sus defectos, ella sentía que la tenía la nariz torcida, y aunque era un hecho que nadie notaba, ella odiaba su nariz.
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Al tenerlo todo, Gladys quería más, buscaba la perfección en su rostro y estaba obsesionada con arreglar su nariz. Fue así como se entero de un nuevo tratamiento estético que prometía “un perfil griego”.
El procedimiento era completamente nuevo en la industria, y consistía en inyectar cera de parafina en la cara. Gladys, que siempre había querido tener una nariz perfecta, viajó a París para someterse a este tratamiento.
Se le inyectó parafina en la nariz y en la mandíbula, había conseguido lo que tanto quería y se veía mejor que nunca; sin embargo, la duquesa no sabía de los efectos negativos de la parafina.
Algunos días después del procedimiento, la cera comenzó a moverse de lugar, se asentó en su barbilla, desfigurando por completo su hermoso rostro. Su reacción fue aterradora,
El tratamiento no se podía revertir, pasó de ser la mujer más bella de Europa, a una mujer que no quería ni mirar, por lo que ordenó a quitar todos los espejos de su hogar, y no quería que nadie más la mirara.
¿Qué pasó con Gladys Deacon?
Gladys se olvidó de los eventos sociales y en su lugar se dedicó a criar perros de raza Blenheim Spaniel. Pero esto no fue lo peor, tras 12 años de casados, el matrimonio de Gladys con el duque comenzó a tener serios problemas.
No sólo fue el hecho de que se dieron cuenta de que eran personas muy diferentes, Deacon comenzó a tener un comportamiento errático, al grado de dormir con un arma en las manos con la intención de disparar a su esposo si se le acercaba.
Tras varios meses viviendo en este estado, el duque se marchó del palacio, y al poco tiempo desalojó a la duquesa. Cuando estaba apunto de solicitar el divorcio, el duque murió, algo que afectó profundamente a Gladys.
Se retiró a un pequeño pueblo de Inglaterra, donde atemorizó a sus vecinos. Finalmente las autoridades la internaron en 1962 en el Hospital St. Andrew, donde murió a los 96 años.