Es cantante, compositora, productora, arreglista, coreógrafa, bailarina, actriz, pareja, mujer y madre. El año que terminó, se llevó los malos momentos que vivió Shakira Isabel Mebarak Ripoll. No solo los que pasó con su familia, sino también lo que intentó para reconstruir su propio hogar.
Shakira y yo nos hemos encontrado en varias ocasiones, siempre sencilla, siempre encantadora. Las diferentes plataformas muestran a una mujer enorme, lo es, pero no en su físico. Es menudita, de cabello rizado que pinta de varios tonos, cuerpo ejercitado y una linda sonrisa infantil.
Es benefactora de cientos de millones de niños a través de la fundación Pies descalzos, ha vendido millones de discos en todo el mundo, es la representante latina de la música en varios países, conquistó al público de habla inglesa con tremendo éxito; además, ha ganado premios, reconocimientos y producido su propia historia musical. Segura estoy que Shakira, cambiaría todo esto y más por el amor a su pareja y, evidentemente, a sus hijos.
No la ha pasado bien y menos con tanta exposición debido a su fama y a los asuntos sentimentales de su -ahora- expareja, y padre de Milán y Sasha, y por la salud de su padre, el neoyorkino William Mebarak Chadid. Aún la recuerdo en medio del escándalo con Antonio de la Rúa, el hijo del expresidente de Argentina, con quien todos pensábamos que se casaría, sin contar, por supuesto, con lo agresivo del joven argentino.
Todo lo que Shakira se ha propuesto lo ha logrado. Hoy día protege a sus hijos de los embates del desamor, de la prensa y de todo lo que pueda dañarla. Espero que pronto encuentre la tranquilidad y ¿por qué no?, un hombre que la valore, la respete y la ame.
Una mujer… dos tesoros
“Las lágrimas de Shakira niña, eran lágrimas de azúcar; las de hoy son más saladas, son las lágrimas de una mujer adulta, son las lágrimas de una mujer que tiene miedo, muchos miedos”… Estas fueron las palabras textuales de la estrella colombiana en algún encuentro que tuvimos, que quedan perfectas en esto momento personal e íntimo de su vida.
¡Nos leemos en la próxima, mis queridas mujeres VANIDADES!