Los Romanov fueron la última familia imperial rusa con un desdichado final que los llevó a una muerte trágica. Poco a poco se ha recuperado en la Historia cómo era su estilo de vida y hasta el paradero de sus joyas, muchas de las cuales ahora pertenecen a la familia real británica.
Sin embargo, otro de los desconocidos métodos para ver cómo era la vida dentro del palacio de Alejandro es a través de las cartas que los miembros de la familia escribían.
Algunos extractos de estas cartas —traducidos por Jsenya Dyakova— fueron los de Anastasia Romanov, la hija menor del zar Nicolás II y Alejandra Fiódorovna.
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¿Quién fue Anastasia Nikoláyevna Romanov?
La última hija de los zares del imperio ruso que nació el 18 de junio de 1901. Sus hermanas mayores fueron Olga, Tatiana y María, y su hermano menor fue Aleksei.
El nombre de Anastasia significa ‘resurección’ y sustentó en vida el título de gran princesa —que era lo mismo que gran duquesa—. Libros de historia la describen como una joven de estatura corta, corpulenta, de ojos azules y pelo rojizo cercano al rubio.
¿Qué pasó con Anastasia Romanov? La leyenda de que sobrevivió
Después de la ejecución de la familia imperial rusa en 1918, hubo un rumot de que Anastasia sobrevivió y escapó para proteger su vida,
Al menos 10 mujeres afirmaron ser Anastasia, entre ellas la afamada Anna Anderson, quien fue paciente en un hospital psiquiátrico (por intentar suicidarse), y jamás reveló su verdadera identidad, solo creaba nuevas —entre ellas, las de ser la gran duquesa Romanov.
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Las pruebas de ADN arrojaron que nadie podía ser Anastasia, y mucho menos que ésta había sobrevivido. Con el tiempo se supo que varios soldados vieron en el sótano los cuerpos inertes de la familia imperial junto con los de la servidumbre.
Las cartas de Anastasia Romanov a su padre, el zar Nicolás II
Estas cartas fueron escritas entre 1913 y 1917, donde Anastasia era tan solo una adolescente con fama de traviesa y mucho júbilo.
Tal parece que le gustaba mantener comunicación con su padre y le encantaba relatar hasta las cosas más inverosímiles.
Lo destacable de estas cartas y diarios es cómo añade a personajes trascendentes en la historia de los Romanov.
Mayo 8, 1913: “… estoy en el cuarto de Tatiana. Tatiana y Olga están aquí. Estoy sentada picándome la nariz con mi mano izquierda. Olga quería golpearme, pero me escapé de su mano de cerdo”.
Octubre 25, 1914: “son las 9:10am ahora. Estamos esperando que llegue Grigory (Rasputín, el “monje loco” que causó la ruina de los Romanov). Olga está sentada ociosamente y picándose la nariz. Es todo un ‘cerdito’… Estoy muy apresurada para escribir, Grigory vendrá pronto… Ya llegó”.
Octubre 28, 1914: “… Ortino [el perro] y Tatiana están corriendo en el cuarto ahora. Mi mamá va a recibir a Maklakov [un intelectual y funcionario un tanto oscuro] a las 9am y Malama [supuesto amante de la joven Tatiana Romanov] llegará pronto también, lo cual es muy placentero… Tuve 7 clases hoy y mañana tendré 4 o 5… Estoy en clases de ruso y Pyotr Alexeyevich nos está leyendo ‘The Hunter’s Notes’ de Turguenev”.
Enero 30, 1915: “… le acabo de enseñar a Ortino a sentarse y a rogar. Y también le enseñé a dar la pata y ahora puede hacerlo. Es tan dulce…”.
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Marzo 7, 1915: “Estoy tan agradecida de que nos dejaste usar la bañera. Nos bañamos ayer. ¡Fue tan divertido! [Nota al pie: las hijas Romanov fueron criadas bajo un régimen austero, por lo que no se bañaban con tanta frecuencia o lo hacían con agua fría].
“Fui la primera en bañarme. Habá mchísima agua. Pude nadar y saltar de lado a lado. ¡Fue maravilloso! María y yo jugamos un rato, pero tristemente tenía que salirme pronto. Ortino estuvo corriendo y ladrando todo el tiempo”.
“Mamá se fue al cuarto de flores que te gusta. Ya sabes, el de las flores azules que crecen frente a las ventanas de la abuela. Acaban de florecer. Mañana es domingo. Es tan bueno no tener lecciones cuando puedes quedarte en la cama más tiempo de lo habitual”.
Junio 14, 1915: “…tomamos el desayuno en el balcón. Fue tan agradable. En el servicio el coro cantó ‘Lord, have mercy upon us’ de Tchiakovsky y todos pensamos en ti, querido padre. Estuvimos con Anya (Vyrubova, dama de compañía de la zarina)”.
“Ortino corrió hacia el cuarto para buscarte. Pero como no te encontró saltó al regazo de mamá… Ahora estoy sentada rayando zanahorias y rábanos. Delicioso. Extraño muchísimo a Shvybzik (el perro de Anastasia). Aún tengo los cigarros que me diste y los fumo de vez en cuando con gusto, muchas gracias. Las lilas por fin empiezan a florecer”.
Noviembre 1, 1915: “mis hermanas y yo fuimos al hospital del palacio para ver el concierto. Los Tolstoi y muchos de sus conocidos tocaron las balalaicas (instrumento musical ruso). Nada mal… Olga está descansando ahora y María está tocando el gramófono. Me gusta”.
Febrero 15, 1916: “ayer fuimos las tres, ‘las pequeñas’, al hospital Anya donde hubo un concierto. Fue muy lindo. Una pequeña de 10 años bailó una danza folclórica rusa acompañada de concertina. Se veía tan dulce. Pero sentí un poco de pena por ella”.
“De La Zari estaba allí como siempre, igual que Yu Morfecy, Sasha Makarov y tu amigo Lersky. Nos contó una historia tan divertida que todos los soldados lloraron de la risa. Después contó otra divertida historia sobre cómo tocar el piano en diferentes cuartos hace que el sonido suene distinto para quienes lo escuchan”.
¿Qué te parecieron algunas de las cartas de Anastasia Romanov para su padre, el zar Nicolás II?