Hace un par de años, cuando el canal A&E estrenó icono de la moda de los 90, y que protagonizó la pareja dorada de aquella década en Estados Unidos, aunque su romance de cuento era más bien intenso y tormentoso. No obstante, Carolyn era más que eso.
Carolyn Bassett, la ‘nueva princesa de Camelot’: quién era la esposa de John F. Kennedy Jr.
“Habrá grandes presidentes, pero jamás otro Camelot”, es una frase famosa de Martha’s Vineyard, casi todos asumieron que habían muerto.
La tarde del 16 de julio habían dejado Nueva York en un vuelo privado para asistir a una boda. El piloto era John y las hermanas Bessette, las pasajeras. Despegaron con todo en contra: se hacía de noche, otros vuelos habían sido suspendidos para evitar faltas de visibilidad y John había tenido un día estresante. Aún así, y pese a que Carolyn dudaba sobre asistir a esa boda debido a desacuerdos con John, Lauren la convenció para que se reconciliaran y fueran al evento juntos, relata el documental John F. Kennedy Jr.: The Story of His Final 24 Hours.
Fue, quizá, uno de los pocos instantes en los que la socialité no empujó por tener la razón y cedió. Lo que sucedió después conmocionó al mundo. Con la visibilidad obstruida, John no pudo hacer un acuatizaje de emergencia y el avión cayó en el océano Atlántico a poca distancia de su destino. Los cuerpos de los tres tripulantes fueron encontrados cinco días después. El final trágico de la pareja ocurrió cuando los rumores sobre su divorcio cobraban más intensidad.
Lo cierto es que Carolyn quería recuperar su vida. Hay fuentes cercanas que desmienten la crisis. Ellos de cualquier manera discutían seguido y en un tono elevado, como dejaban ver los periódicos y las revistas de la época. Pero no era ilógico que Bessette hubiera decidido abandonar el ojo público, aunque eso le costara su matrimonio.
La neutralidad de las prendas elegidas por Carolyn hicieron que su guadarropa sobreviviera al tiempo y que sus looks sigan vigentes a poco más de 20 años de su muerte.
La situación era insostenible porque el asedio no paraba pese a que John suplicaba a los medios que respetaran el espacio de su esposa y a que la situación le provocó una depresión clínica. Ella huyó lo más que pudo. Incluso es difícil encontrar entrevistas suyas y, mucho menos, declaraciones en audio. Cuando para la película Gone Girl, la actriz Rosamund Pike inspiró su personaje en ella por instrucción del director David Fincher, buscó registros de la voz de Carolyn sin éxito.
Fue, por años, una de las mujeres de las que más se habló en el mundo, en una década dominada por Lady Di y Madonna, pero también una de las menos dispuestas a seguirle la corriente a la demanda popular. No sólo no daba entrevistas, tampoco accedió a participar en shootings de moda y se abstuvo de hacer declaraciones sobre los chismes que la rodeaban. Todos querían tener un poco de Carolyn Bessette para sí. Pero durante sus 33 años de vida ella decidió pertenecerse sólo a sí misma.