María Cristina de Borbón, nacida en Nápoles, Italia, en 1806, pasó a ser reina regente cuando su marido, Fernando VII, de España, murió tras una larga enfermedad. El matrimonio solo tuvo dos hijas, Isabel II y Luisa Fernanda, y María Cristina asumió el cargo, hasta que Isabel II cumpliera la mayoría de edad.
Por supuesto que la intención del Rey había sido que su hermano asumiera el trono en su ausencia, pero la audacia y tenacidad de María Cristina la ayudó a evitar a toda costa que le arrebataran a su hija el derecho a reinar en España.
Una vez establecida como reina y con apenas 27 años de edad, su vida dio un giro inesperado: conoció al hombre que le robaría el corazón y se convertiría en el padre de sus próximos ocho hijos.
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¿Quién era el marido de María Cristina de Borbón?
En un viaje que la Reina decidió hacer de vacaciones en una finca de la familia real, Su Majestad sufrió una hemorragia nasal y al pedir asistencia a uno de sus guardias de Corps, vio por primera vez a Agustín Fernando Muñoz.
Agustín le dio su pañuelo para que detuviera la sangre, y ella, al regresárselo, lo besó. Cuentan que este momento marcó el comienzo del idilio, que fue simplemente mágico. No así el resto de su relación amorosa y prohibida, que es recordada por los españoles como una gran historia de amor.
¿Por qué María Cristina de Borbón escondió a sus hijos ilegítimos?
Con el paso de los años, Agustín y María Cristina se compenetraban más y más. Muchos dicen que la Reina atravesó momentos muy duros para poder ocultar sus primeros embarazos ante la Corte, y todo para asegurar el trono a su hija Isabel.
Tan pronto nacían las criaturas, una nodriza los retiraba de palacio para que nadie conociera su procedencia. Cada vez que uno de los niños cumplía el año, era llevado a París, donde un sacerdote se hacía cargo de su crianza.
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Mucho debe haber sufrido la Reina al no poder ver a sus hijos durante años. Pero su amor era sólido y también su deseo de preservar los derechos de su heredera.
Se comentaba en las calles que la reina María Cristina estaba “casada en público y embarazada en secreto”.
Tras varios intentos fallidos de conciliar las tendencias políticas de liberales y moderados, entregó la regencia a Espartero y se exilió, saliendo de España.
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