Las grandes casas de subasta pagan no por el valor económico, sino por la procedencia, pues la joyas de la realeza valen más por quienes fueron sus dueños, que por los diamantes y el oro.
¿En dónde empeñan sus joyas los miembros de la realeza?
Hay una casa de empeño, una especie de Monte de Piedad, situada en la calle 72 entre la Tercera y Lexington, en Nueva York, que parece un banco discreto.
En este sitio, me dicen, “es donde muchas mujeres importantes, entre las que se cuentan varias famosas de la corona, van a empeñar sus joyas”. ¿Se imaginan?
Y la historia se vuelve más interesante. Cuando no pueden pagar lo que deben y no fueron rescatadas, el propio negocio, ya dueño legal, las vende en algunas casas de subasta neoyorquinas.
En sus grandes subastas, dos veces al año en Ginebra, se anuncian estas maravillas como “joyas históricas”, que quizá pertenecieron a la emperatriz Josefina de Francia o a Catalina la Grande. Obvio, rompen récord de ventas.
Joyas de la realeza: royals que han vendido y empeñado sus joyas
Duquesa de Alba
Pero, volviendo a Nueva York y los grandes secretos que van y vienen de ella, en 2015 salió publicado que la propia duquesa de Alba había vendido aquí su tiara más adorada, llamada “La Rusa”, a unos anticuarios iraní-neoyorquinos muy conocidos, que comercializan encantadoras alhajas vintage, llamados Joseph Saidian & Sons.
La noticia se extendió porque la discreta venta, según chismes publicados y las memorias de la duquesa, sirvió para que Alba comprara un caballo, llamado Gigoló, que regaló a su hijo Cayetano Martínez de Irujo, y costó 20 millones de pesetas (unos 120,000 euros actuales).
Verdad o no, nos encanta el gesto, pues es generoso y típico de Cayetana con sus hijos. Sin embargo, según expertos de la casa de Alba, pocos creen que fuera para este noble detalle, sino porque la diva, de seguro, tenía problemas económicos, algo que ocurre más de lo que pensamos entre la aristocracia y muchos royals.
Amelia de Portugal
Es curioso cómo estos mismos anticuarios han comprado y vendido joyas icónicas, como la famosa tiara Westminster, con extraordinarias perlas que pertenecieron a la reina Amelia de Portugal, y broches de la colección de la duquesa de Windsor. En una subasta, pasaron a las manos del joyero Harry Winston.
Condesa Aline de Romanones
Hace unos años otro rumor saltó a la palestra sobre las famosas esmeraldas de la estadounidense-española condesa Aline de Romanones, quien fuera espía de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, antes de casarse con el conde de Quintanilla y de Romanones.
¡Conozco muy bien ese famoso collar y aretes de esmeraldas! Los cotilleos de que la fabulosa condesa necesitaba liquidez eran conocidos y, en Ginebra en 2012, muchas de sus maravillosas joyas salieron a subasta en Sotheby’s.
Las esmeraldas se vendieron en unos 300,000 euros, incluso estuvo en puja su reloj-brazalete “Cadenas” que heredó de su buena amiga, la
duquesa de Windsor.
Lo más curioso es que, poco después apareció una foto de la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, la supuesta amiga íntima del rey Juan Carlos de España, ¡luciendo las esmeraldas de la Romanones! “¿Regalo de alguien?”, fue el malicioso comentario.
¡Ah, quién sabe! Pero los chismosos se avisparon, y la propia Aline, mujer de una gran personalidad y muy franca, habló al periódico El Mundo para explicar que no había vendido sus joyas por necesitar dinero, sino porque ya no las iba a usar, además de que, según dijo, sufrió un robo en su residencia en España.
También comentó que Corinna le parecía una mujer muy guapa, que le encantaba y estaba feliz de que fuera la dueña de sus esmeraldas.
Según lo publicado, aseguró: “Desconozco quién tiene las otras piezas, pero conque las cuiden y las luzcan tan bien como Corinna, es suficiente”.
Joyas de la realeza subastadas de Victoria Eugenia
Otras royals de la Casa Real Española, con el paso del tiempo, se han ido despojando con gran secreto de sus tesoros (en Nueva York y en Londres); incluidas 30 piezas de la reina Victoria Eugenia, que se subastaron en Ginebra.
Ante los comentarios y la sorpresa de la propia familia de la monarca, se dijo que fueron ofrecidas a “una persona muy cercana a Victoria, que recibió dichos objetos en herencia”.
También se aclaró que como la reina necesitaba mantenerse a sí misma durante sus muchas décadas que pasó en el exilio, “fue ‘dando’ poco a poco sus joyas a una buena amiga que la ayudó a nivel económico”.
Tita Thyssen
Por otra parte, la baronesa barcelonesa Tita Thyssen, quien no se cansa de repetir con sinceridad que es millonaria gracias a las obras de arte que colecciona, pero no en cash, siempre necesita liquidez para mantener su estilo de vida y, en vez de ‘sacrificar’ sus amadas alhajas, ¡de vez en cuando ofrece cuadros valiosísimos de su colección! ¡Y todos tan felices!
Wallis Simpson
La famosa colección de 305 joyas de Wallis Simpson, duquesa de Windsor, fue subastada en 1987 en Sotheby’s por el precio de 51 millones de dólares. En varias piezas estaban inscritas frases de amor de su esposo.
María Luisa de Austria
Las joyas de la emperatriz María Luisa de Austria, sobrina de la reina María Antonieta, han sido subastadas cuatro veces, en 1894, 1959, 1961 y 2016.
Tan sólo un par de pendientes de zafiros y diamantes se vendieron en más de 100,000 dólares, y el valor total de las ventas alcanza más de 20 millones.