Si la existencia de monarquías es anacrónica en esta época, el deseo de algunos royals que continúan usando sus títulos sin esperanza de ser reyes es aún más insólito. Aquí te presentamos a los aspirantes más famosos a reinos derrocados hace años (o siglos) que, probablemente, no volverán a existir, aunque ellos tengan lazos de sangre con los soberanos de hoy. Conoce a los reyes sin corona.
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Reyes sin corona
Pablo de Grecia
En Grecia Pablo, príncipe de Grecia y Dinamarca, nació en 1967, el año en que, por enésima ocasión, la monarquía fue rechazada en el país.
Su familia se estableció en Londres, donde él ha hecho parte de su vida, incluida la celebración de su boda con la millonaria Marie-Chantal Miller, con quien tiene cinco hijos. Fundó Ortelius Capital Partners en 2002, un exitoso grupo de inversión.
En Italia Emanuele Filiberto es una celebridad y nieto del último rey italiano. Aunque no tiene corona ya tiene heredera, Vittoria, su hija mayor. Y es que Vittorio Emanuele, su padre, cambió las leyes de la casa que lo impedían.
Los Saboya dicen que lo hicieron en pos de la igualdad de género, pero los Aosta (otros pretendientes) aseguran que eso es ilegítimo.
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Reyes sin corona de Francia
En Francia, la primera nación que abolió las monarquías dispone de tres pretendientes que descienden del famoso rey Luis XIV:
Luis Alfonso de Borbón
Los ‘legitimistas’ que buscan restaurar el trono borbón llaman Luis XX a este banquero español de 47 años que se autonombró duque de Anjou y es bisnieto por línea materna del dictador Franco.
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Jorge Federico de Prusia
En Alemania, más que tronos, Jorge Federico de Prusia, tataranieto del último káiser, reclama al gobierno la devolución de propiedades y bienes decomisados a lo largo de décadas.
Esto inició en 1919, cuando se le acusó de ser artífice de la Primera Guerra Mundial. Si lo logra, el actual jefe de la casa Hohenzollern tendrá para vivir como el rey que no es.
Ciro Pahlaví
En Irán, el hijo mayor del último sah llamó a la desobediencia civil hace unos meses para derrocar la dictadura religiosa de los ayatolás en su país.
Reza Ciro Pahlaví aseguró que no pretende cargos, pero que no tiene problema si “la gente insiste en decir que necesita un líder simbólico… que suele ser lo que los monarcas constitucionales representan”.
María Vladímirovna Románova
En Rusia, la gran duquesa María Vladímirovna Románova es tataranieta de Alejandro II y, por tanto, está emparentada con Nicolás II, el último zar.
Ella desea restaurar la monarquía, tiene una oficina, se ve como “emperatriz de todas las Rusias” y, cuando viaja a allá, la reciben sus partidarios. Jorge Mijáilovich, su único hijo, tiene el título de zarévich, por supuesto.
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