Existe una enorme rigidez en la forma como los royals se divierten. Y aunque algunos son más espontáneos que otros, los protocolos de la realeza y las medidas de seguridad que tienen que seguir ciertas familias reales pueden ser muy molestos.
En algunos principados o reinados hay quienes siguen un protocolo mínimo, como los Grimaldi, y por eso los vemos tan divertidos y despreocupados en las fotos de los paparazzi. Otras familias reales, como la de Inglaterra, se atemorizan cuando salen fotos “indiscretas”.
Pero cuando se trata del resto de la familia, la reina Isabel II todavía tiene gran control de lo que el público ve, y especialmente cuando celebran fiestas en sus castillos todo es súper protocolar y aburrido.
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Protocolos de la realeza británica
Para las cenas de gala, el menú favorito de la Reina no se cambia por nada del mundo, ¡aunque a sus nietos no les guste!
A Isabel II le encanta ver su mesa perfecta, con platos de porcelanas históricas, su pesada cubertería de plata del siglo XVIII y copas relucientes, a la hora de servir su pavo asado con papas y relleno de castañas, y de postre el famoso pudín inglés que todos se saben de memoria.
Igual que es tradición que los favoritos del momento se sienten a su derecha y a su izquierda en la gran mesa de familia.
Durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, la Reina pide a todos que usen los sombreritos de papel que vienen dentro de las tradicionales crackers inglesas.
También existe la peculiaridad de que ninguna comida con la Reina puede durar más de 50 minutos, quien en ese justo momento hace que un sirviente le retire la silla, y ella se marcha a jugar con sus perritos.
Otra cosa muy curiosa es que cuando la familia real inglesa se reúne, los que son miembros por uniones de matrimonio conversan solos en una esquina, mientras que los que están unidos por lazos de sangre conversan en la otra.
¿La única excepción a esta regla no escrita, pero fielmente seguida? La muy gregaria y conversadora Camilla, duquesa de Cornwall, a quien el príncipe Carlos no deja sola ni un minuto.
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Protocolos de la realeza española
En la dinastía española el protocolo se observa bastante cuando se trata de los Reyes o de los príncipes de Asturias, que raramente son fotografiados (excepto en sus vacaciones en Mallorca cuando van a las regatas o cuando van de paseo a Asturias, y así y todo es muy coordinado y anunciado a los reporteros como “una oportunidad fotográfica”).
Protocolos de la realeza de Noruega
Y más o menos lo mismo sucede en las casas reales de Noruega y Dinamarca, donde nunca los vemos divertirse espontáneamente y los paparazzi saben de antemano los minutos que tienen para poder fotografiar a los royals.
Fíjense que no hay una sola foto de Mette-Marit de Noruega tomando sus nuevas clases universitarias o de Mary de Dinamarca cuando va de compras o en cualquier actividad cotidiana.
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Protocolos de la realeza generales
¿Otro dato sorprendente? Que en almuerzos o cenas familiares en las casas reales jamás se habla de cosas de familia, ni se discuten temas de actualidad o de política, ya que los sirvientes pueden “oír demasiado”, por lo que solo se comentan cosas sin importancia, sobre un film o un concierto, detalles simpáticos de los niños, de sus planes de viajes ¡y jamás de problemas de salud de alguien, de un divorcio o de un matrimonio mal llevado!
Y si alguien quiere hablar de un tema íntimo debe hacerlo en privado, con la reina, o con otros miembros de la familia, y siempre con discreción.
¡Cero espontaneidad y cero libertad de palabra! Y es que estas son dos de las cosas que hay que dejar a un lado cuando alguien es miembro de la realeza.
Por eso es que personajes considerados “rebeldes”, como fueron las ya fallecidas princesa Margarita y princesa Diana de Inglaterra, y actualmente la princesa Estefanía de Mónaco y el príncipe Harry de Inglaterra, siempre han sido muy criticados por todos, incluyendo a los ciudadanos, porque resulta curioso que el pueblo quiera que sus royals sean lo más estrictos y protocolarios posibles. Y ellos —nobleza obliga— así tratan de serlo.