La cuna de Moisés es una planta muy generosa; la encuentras fácilmente en viveros o mercados, es económica, florece en interiores y, la mejor parte, es muy fácil de cuidar.
Cuando le brindas toda la atención que necesita, puede florecer más de una vez al año. Estos tres factores son clave para conservarla por mucho tiempo y que cada año te regale lindas flores: iluminación, humedad y temperatura cálida.
Algo que puede arruinar su crecimiento y hasta llegar a matarla, son las corrientes de aire, mantenlas alejada de ventanas o puertas abiertas.
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Cuidados que necesita tu cuna de Moisés para que florezca todo el año
Riego
El riego cambia a partir de la época del año. En primavera, el riego debe ser abundante, para que el sustrato se mantenga húmedo, no encharcado. Hacia el otoño e invierno, asegúrate de regarla solo cuando la tierra está a punto de secarse, reduce progresivamente la cantidad de veces que le pones agua.
Si vives en un lugar seco, puedes pulverizarla, activar un humidificador cerca o colocar un planto con piedras en la base de la maceta, para que retenga la humedad en sus hojas.
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Iluminación
La cuna de Moisés sobrevive muy bien en lugares oscuros, pero es poco probable que florezca. Para que tu planta te pueda regalar flores hermosas, colócala en un lugar con mucha iluminación, nunca sol directo. Al ser una planta de sitios cálidos, su temperatura ideal ronda entre los 15 y 25 grados.
Abono y fertilizantes
Los primeros días de la primavera o verano son ideales para abonar tu planta. Evita usar fertilizantes genéricos, usa solo los recomendados para plantas con flores, el café que queda en el filtro puede ser una opción casera y efectiva. Otros como el nitrógeno ayuda a las hojas verdes, pero no al crecimiento de las flores.
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El sustrato y trasplante
La tierra preparada para macetas no es suficiente, esta puede impedir que el riego no filtre de forma correcta. Para mejorarla, necesitas material orgánico, corteza, arena de grano grueso o perlitas. Trasplanta o cambia la tierra de tu maceta cada dos años.