Lo que ocurriría después de la muerte de la reina Isabel II, incluyendo sus cortejos fúnebres y su funeral, eran eventos que habían sido planeados con mucha antelación; de hecho, el llamado (y muy conocido) London bridge era el plan principal que se seguiría una vez que la reina falleciera.
El funeral de la reina Isabel II, llevado a cabo este lunes 19 de septiembre, además de los más de 2 mil invitados, entre mandatarios y reyes europeos, tuvo una característica que resaltó a la vista de todos: la procesión fúnebre en la que el féretro de la reina fue tirado por marinos y no por caballos.
Esta costumbre funeraria no siempre fue así; de hecho, inició con el funeral de la reina Victoria, quien pidió que llevaran su cuerpo de ese modo para evitar un fatídico accidente que sí ocurrió en Wellington en 1852.
Durante el funeral del duque de Wellington, llevado a cabo en 1852, el carro fúnebre fue compuesto de cañones de bronce recuperados de la batalla en Waterloo, lo cual lo hacía pesar más de 10 toneladas. A pesar de ser tirado por una horda de caballos, era tan pomposo y pesado, que quedó atorado en el barro, por lo cual 60 policías tuvieron que ayudar para desatascarlo.
Además, y para empeorar las cosas, una vez afuera de la Catedral de St. Paul, debido a fallas mecánicas, tardaron más de una hora en bajar el ataúd del carro fúnebre.
muerte de la reina Victoria, la monarca había pedido que su féretro fuera arrastrado por ocho corceles blancos durante la procesión fúnebre, sin embargo este no pudo moverse por diversos factores. Fue entonces cuando el príncipe Louis Battenberg intervino, sugiriendo que fuera una guardia de honor naval la que tirara del ataúd para que no hubiera imprevistos.
honores y visitas que ha recibido Isabel II de mandatarios y monarcas de todo el mundo, así como el funeral y cortejos fúnebres transmitidos por televisión e internet a todo el mundo es algo nuevo para la realeza británica.
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De acuerdo con Financial Times, ningún ataúd de ningún soberano había recibido tanta atención pública o siquiera una procesión militar hasta 1901.
Por otro lado, antes de 1910 ningún rey o reina había yacido en el salón de Westminster para recibir honores o montar una guardia real. La monarquía británica se ha modernizado y hecho cada vez más pública, ya que los monarcas en el siglo XVII optaban por ceremonias fúnebres más discretas y a puerta cerrada en el castillo de Windsor.
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