Sabemos que las palmeras de interior son fáciles de cuidar y perfectas para decorar tu hogar, pero si quieres darle vida a tu recárama —o a cualquier cuarto con poco espacio y sombra— tenemos la mejor selección de plantas pequeñas.
También lee sobre las planta suculenta con hojas gruesas que parten del tallo central. Procura ponerla en luz indirecta (la luz directa hace que se seque), y la puedes regar en abundancia cada una o dos semanas, siempre y cuando la tierra ya esté totalmente seca.
4) Peperomia: cuidados, luz y riego
La peperomia es otra de las plantas favoritas por su follaje y amplia gama de condiciones de crecimiento. Si quieres una planta que tenga este toque tropical, busca peperomias, aunque requieren un poco más de atención. Usa macetas con buen drenaje, busca un espacio con luz media a brillante. No requiere de mucha agua, y prefieren cualquir temperatura que no sea helada.
5) Planta fitonia: cuidados, luz y riego
Las fitonias son planas compactas con un bello patrón en sus hojas. Es fácil de cuidar porque toleran cualquier rango de iluminación y se mantienen contentas con un poca agua. Toma en cuenta que colorarla en luz inferior hace que crezca poco (esto es útil si tienes poco espacio), y debes mantener el suelo regularmente húmedo.
6) Planta Haworthia: lo que debes saber para cuidarla
La Haworthia es una suculenta miniatura nativa de Sudáfrica cuya principal característica son las hojas en forma de columna con delicadas capas. Le encanta la luz directa o indirecta, y puedes regarla cada dos o tres semanas.
7) Maranta: cómo cuidar de esta hermosa planta
Las hojas de la planta maranta se comparan con los brochazos que da un artista: son coloridas, tiene un hermoso follaje y vienen en una gran variedad de colores y patrones. Crecen mejor en luz directa o indirecta, pero toleran la sombra. Mantén la tierra húmeda sin ahogar en agua y remueve ocasionalmente el polvo acumulado.
8) Cactus: plantas pequeñas para interior
Los cactus son quizá de las mejores plantas pequeñas para tener en tu recámara. Procura mantenerlo en luz directa o bajo el sol —al menos procura darle sol directo cada día—. Sobreviven bien sin mucha agua, así que riégalos de vez en cuando entre semana. ¡Ten cuidado con las espinas! Manipúlalos con protección.