Felipe de Edimburgo fue el hombre que dejó todo por Isabel II, pero sus antecedentes no son menos fascinantes. La familia del príncipe Felipe tiene toda clase de acontecimientos dignos de contarse, tal como sucedió con su abuela, Victoria de Hesse, princesa alemana que se casó con el primo de su papá. ¿Quieres conocer más?
Quién es Victoria de Hesse-Darmstadt, la abuela de Felipe de Edimburgo
Si hay alguien con una gran mezcla de culturas y familias, es la abuela de Felipe de Edimburgo. Nació un domingo de Pascua de 1863 en Inglaterra y ante la presencia de su abuela materna, la reina Victoria del Reino Unido.
Fue hija mayor de Luis IV, gran duque de Hesse y Rin y su primera esposa la princesa Alicia del Reino Unido (hija del príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha). Pasó su infancia en Alemania y sus hermanas estaban conectadas con el imperio ruso: Isabel Romanova fue la gran duquesa de Rusia por matrimonio con el gran duque Sergio Aleksándrovich, y Alix Romanova con el zar Nicolás II —ambas fueron asesinadas—.
Su mamá falleció a la edad de 35 años, por lo que Victoria tomó gran responsabilidad de sus hermanas y le hizo compañía a su padre. Escribió, “la muerte de mi madre fue una pérdida irreparable, mi niñez terminó con su muerte y me tuve que comportar como mayor”.
La princesa alemana que se casó con su primo
Victoria se frecuentaba en reuniones con su primo el príncipe Luis de Battenberg, miembro del gran ducal de Hesse que adoptó la nacionalidad británica.
Aunque el padre de la princesa Victoria consideró que Luis de Battenberg no sería buen prospecto para su hija —por el poco dinero y por alejarla de él—, se casaron en 1884. Lo insólito de esto es que el papá de Victoria se casó ese mismo día con su amante plebeya (pero le pidieron anular el matrimonio por ser escandaloso).
Tuvieron cuatro hijos: Alicia de Battenberg (mamá de Felipe de Edimburgo), Luisa, Jorge y Luis.
La princesa Victoria cuidó de Felipe de Edimburgo cuando su mamá sufrió de esquizofrenia
A Victoria le gustaba la ciencia, la geología y la arqueología, también la filosofía y hasta el vuelo en dirigible.
Victoria y Luis renunciaron a sus títulos y adoptaron el apellido Mountbatten, la versión inglesa de Battenberg —para esto, el rey Jorge V renunció a todos los títulos alemanes y cambió la dinastía Sajonia-Coburgo-Gotha a Windsor, y todos los descendientes de la línea parerna de la reina Victoria debían llevarlo.
Desde que su hija mayor, Alicia de Battenberg, fue diagnosticada con esquizofrenia, Victoria se dedicó a la crianza y educación del príncipe Felipe.
Murió a los 87 años de bronquitis, pero dejó escritas memorias inéditas que se concervan en la Universidad de Southampton. Y el propio príncipe Felipe la recuerda como, “mi abuela me agradaba mucho, siempre era útil, trataba a los niños de forma correcta, una combinación adecuada entre lo racional y lo emocional”.