Aunque el secreto de longevidad de la reina Isabel II la ha mantenido fuerte y saludable a sus 95 años, la monarca acaba de reconocer por primera vez que se siente debilitada.
Dijo que le cuesta “moverse”, durante su primera audiencia en persona desde que hace ocho días se reunió con su heredero, el príncipe Carlos, quien posteriormente dio positivo a covid-19 por segunda vez.
“No me puedo mover”: la reina Isabel II resiente la rigidez a sus 95 años
Isabel II recibió al general de división Eldon Millar, encargado del enlace entre la reina y las fuerzas armadas, y a su predecesor, el contralmirante James Macleod, en el castillo de Windsor, residencia de la monarca situada unos 40 kilómetros al oeste de Londres.
El palacio de Buckingham divulgó después un vídeo del encuentro, en que se ve a la monarca dándoles la bienvenida de pie, sonriente, con un vestido estampado y llevando un bastón.
“Como pueden ver, me cuesta moverme”, afirma la soberana, de 95 años, señalando su pie o pierna izquierda.
Pese a esta dificultad y al hecho de que aparece muy delgada, la compareciencia de la reina busca enviar una señal tranquilizadora sobre su estado de salud, en un momento complicado para la monarquía británica.
Su tercer hijo, el príncipe Andrés, alcanzó un acuerdo financiero para poner fin a una denuncia en Estados Unidos por agresión sexual, y días después Scotland Yard anunció haber abierto una investigación relacionada con la fundación del príncipe Carlos.
Con información de AFP