El término “príncipe azul” surge de esta extraña teoría de que reyes, reinas, príncipes y princesas, tienen un color de sangre diferente al de los plebeyos pero, ¿por qué se dice que la realeza tiene sangre azul? Te contamos de esta distinción.
¿Por qué se dice que la realeza tiene sangre azul?
En realidad, el concepto sangre azul vinculado a la aristocracia nació en la España del siglo IX, en los años de la Reconquista. Los nobles enseñaban su blanca piel, surcada de venas azules, para demostrar que no tenían sangre de moros o de judíos.
La blancura de la piel también era un signo de prestigio: una piel blanca era sinónimo de privilegio, sencillamente porque significaba que la pálida persona no trabajaba de sol a sol en el campo, embarcado en el mar o en un mercado.
Esta blancura con la que se distinguía la realeza hacía que las venas de sus brazos resaltaran por su color azul. Así surgió el dicho de que por las venas de la realiza corría “sangre azul”.
¿Existe la sangre azul?
Lo cierto es que algunas venas de tu cuerpo se ven azules porque son las que están más cerca de tu piel, aproximadamente unos 0.5 mm por debajo de la epidermis.
Un claro ejemplo es la vena del brazo que siempre nos buscan para sacarnos sangre, la cual suele ser de un azul intenso. Pues bien, el motivo de este cambio es solamente una ilusión óptica que se da gracias a la refracción de la luz.
Por ejemplo, cuando la luz incide sobre la piel, las longitudes más grandes que corresponden al rojo, penetran más profundamente y son absorbidas por la sangre, de modo que serán las longitudes más cortas, es decir las de color azul, las que incidirán sobre las venas superficiales y se reflejarán haciendo creer al ojo que el contenido de estos vasos sanguíneos es de ese color.
También hay que decir que aquellas personas que tienen la piel más fina y con menos grasa mostrarán las venas más azules, ya que están aún más cerca de la superficie.